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El BNG amenaza al alcalde de Vigo con pactar con el PP para derribarle si no dimite hoy

La crisis municipal de Vigo entre el Partido Socialista de Galicia-PSOE y el Bloque Nacionalista Galego continúa en una veloz escalada. Apenas cinco días después de que el alcalde de esa ciudad, Ventura Pérez Mariño, independiente en la lista socialista, se deshiciese abruptamente de los socios nacionalistas que le habían aupado al cargo de regidor municipal, sus ex compañeros de gobierno han respondido con la misma contundencia: ayer le dieron un plazo de 24 horas para que dimita. En caso contrario, el BNG asegura que adoptará medidas para forzar su salida del gobierno municipal, incluida la moción de censura. La crisis afecta al pacto vigente en casi medio centenar de municipios.

Lois Pérez Castrillo, ex alcalde y portavoz del Bloque Nacionalista Galego en el Ayuntamiento vigués, atribuyó ayer a los socialistas la responsabilidad de "reconstituir una mayoría de gobierno progresista" y de "que gobierne el PP en la ciudad", después de presentar en el registro municipal una solicitud de pleno extraordinario para debatir la destitución de Pérez Mariño y las posibles salidas a la crisis. El BNG (7 concejales), tras respaldar al PSOE (8 concejales) podría facilitar la alcaldía al PP (10), que se ha mostrado dispuesto a estudiar el asunto. Los únicos ediles que han ofrecido su colaboración a Pérez Mariño son los de Progresistas Vigueses (2), una escisión del PSOE.

Llamamiento al diálogo

Mientras el BNG eleva el tono y exige que la dirección del PSdG haga rectificar al alcalde de Vigo, los socialistas eluden una respuesta directa con llamamientos al diálogo. La portavoz del grupo municipal del PSOE, María Xosé Porteiro, señaló que su partido "está en la mejor situación para dialogar con el BNG", pero advirtió de que los pasos que se producen "no se comunican a la prensa ni se realizan en función del calendario". En coherencia con esa discreción, Porteiro reconoció que había mantenido ayer una entrevista con el representante del BNG, Castrillo.

Pérez Mariño -procedente de la carrera judicial y que, como Baltasar Garzón, fue elegido diputado en las listas del PSOE y dimitió posteriormente- fue una apuesta directa de la Ejecutiva Federal del PSOE, que pretendía resolver así una grave división en el socialismo vigués.

La tensión entre las dos fuerzas opositoras a Fraga no se hizo patente en el debate sobre el estado de la autonomía, que se inició ayer en el Parlamento gallego, aunque tampoco faltaron las alusiones. Xosé Manuel Beiras, líder del BNG, proclamó que su grupo no dudará en romper los compromisos que considere incumplidos, "por lealtad a los votantes". En el discurso que abrió el debate, Fraga reiteró, un año más, sus tesis favorables a una reforma constitucional limitada, pero las consideró inoportunas en tanto no desaparezca ETA ni ceda la presión nacionalista.

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