Discapacitados: del voluntarismo a la legalidad
Los universitarios con discapacidad piden normas legales para conseguir la igualdad y la colaboración del profesor
Son una minoría pero necesitan la máxima atención. Las personas que sufren alguna discapacidad física, y que deciden matricularse en la Universidad, deben afrontar un rosario de dificultades y problemas diarios: deben superar barreras arquitectónicas, el mobiliario en las aulas, en ocasiones, no es el adecuado, carecen de servicios específicos y en la docencia necesitan unas atenciones especiales por parte del profesorado.
Por fin, y por primera vez en toda España, los alumnos con discapacidad o minusvalía se han reunido durante los últimos tres días en la Universidad de Alicante para analizar los problemas que les afectan y lanzar propuestas concretas. "En ocasiones dependemos siempre de la voluntariedad de unos y de otros, pero hace falta un marco legal estable que garantice nuestros derechos", comenta Laura Soler, de la Asociación Pro Discapacitados de la Universidad de Alicante, que valora muy positivamente la experiencia de reunirse y compartir las experiencias que otros jóvenes están realizando en sus campus.
"No podemos vivir a expensas de la buena voluntad del rector de turno", dijo una alumna
"No es justo que un alumno sordo estudie música", comenta una estudiante de Alicante
Las I Jornadas de Estudiantes con Discapacidad de las Universidades del Institut Joan Lluís Vives han despertado el interés no sólo de las universidades que integran la Xarxa (Cataluña, País Valenciano e Islas Baleares) sino que también se sumaron representantes de Castilla-La Mancha y de Salamanca.
La novedad de las Jornadas, en cuya organización ha colaborado el Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante, radica en que es la primera vez que en España se realiza una actividad de estas características. La reunión ha servido para crear un espacio en el que los universitarios con discapacidad "se conozcan y reconozcan como personas con necesidades y aspiraciones comunes y específicas, y como universitarios que comparten dificultades y soluciones a lo largo de sus estudios superiores", explican los organizadores.
La reunión, según sus promotores ha generado lazos de amistad y relación de los alumnos que a partir de ahora compartirán experiencias y buscarán nuevas alternativas. La conferencia del acto inaugural corrió a cargo de la joven Irene Vila, víctima de un atentado terrorista de ETA.La joven estudiante de psicología instó a los autores de su atentado a que "cuando quieran pasen por su consulta para animar a su conciencia a que no mate". Irene Vila, con una actitud "superpositiva" animó a sus compañeros a superar estas dificultades diarias y calificó de "increíble" que en 2003 todavía "estemos hablando de barreras arquitectónicas en dependencias oficiales".
El programa de estas Jornadas abarcaba cuatro sesiones de trabajo que resumían los temas que más preocupan a estos estudiantes. La docencia universitaria a estudiantes con discapacidad fue la primera mesa redonda que se celebró el viernes, y en ésta repasaron las principales dificultades que preocupan al colectivo, "tenemos problemas de mobiliario que no está adaptado a las sillas de ruedas, sufrimos barreras arquitectónicas físicas y carecemos de material escolar adecuado", comentó Laura Soler, quien aboga por un conveniente cambio en la programación docente del profesorado para estos alumnos. "Hay casos concretos que deben cambiar, no es justo que un alumno sordo estudie música, o que alguien con dificultades visuales carezca de libros escritos en Braille",apuntó la estudiante. En este sentido, en las conclusiones, los discapacitados reunidos en Alicante consideran "conveniente" que se organicen cursos específicos de formación para los docentes para que se adapten a estas necesidades. Por ejemplo, demandan poder usar grabadoras magnetofónicas en clase para tomar apuntes en aquellos casos que tengan dificultades, o la necesidad de contar con intérpretes en el lenguaje de los signos en el caso de los alumnos sordos, o la instalación de emisoras de FM de circuito interno para una adecuada difusión de las clases para aquellos alumnos con problemas auditivos.
Pero para alcanzar estos servicios, y superar estos problemas cotidianos en la docencia en los campus, es necesario que los Estatutos, reglamentos y normativas contemplen estas medidas. Por eso, otro debate se centró en conocer y debatir desde el punto de vista legal cómo están actuando otras universidades. "No podemos vivir a expensas y pendientes de la buena voluntad del rector de turno o del equipo de Gobierno", comentó Soler, "es conveniente que se establezcan normas fijas que garanticen nuestros derechos independientemente de quién esté al frente de cada Universidad", agregó. La Universitat Autònoma de Barcelona ha aprobado unos estatutos en este sentido, y la de Alicante está ultimando su elaboración definitiva para aprobarlos este curso. El reglamento debe recoger todas las cuestiones referentes a accesos, barreras arquitectónicas, necesidades específicas en las aulas, atención especializada por parte del profesorado y convocatorias de ayudas económicas para el colectivo. "Nosotros en algunos casos necesitamos más tiempo para hacer un examen, o para realizar prácticas. Pero como eso no está recogido en ningún reglamento dependemos siempre de la buena predisposición del profesor y de los compañeros", explica Soler.
Otra cuestión que abordaron en las mesas redondas y en los debates se centró en el tema del voluntariado dentro de la Universidad. "Necesitamos ayuda cotidiana, tanto económica , pero sobre todo física", comentó Jaume Martorell, secretario de la Asociación en Alicante, que recuerda cómo muchos discapacitados requieren de ayuda de un amigo o compañero durante todo el día para poder desplazarse. "Pero son voluntarios, que lo hacen porque quieren, a veces se descuelgan y te quedas sólo porque nadie les obliga", lamenta otro de los participantes. En este sentido en la Universitat de València conceden créditos de libre elección para incentivar a los alumnos a que participen en estos programas de voluntariado. Por eso, en unas de las conclusiones se plantea la necesidad de crear una figura paralela a la del voluntariado en la que el alumno se sienta "más comprometido" con el minusválido y reciba alguna compensación, que puede ser desde créditos de libre configuración al reintegro del importe económico de la matrícula.
Las conclusiones de la Jornadas se remitirán a la Conferencia de Rectores para que en cada campus se empiece a trabajar para conseguir la plena integración.
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