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Reportaje:TENIS | Masters Series de Madrid

Ferrero acredita su liderato

El español disputará el título al chileno Massú tras batir al suizo Federer en un vibrante partido

Es el número uno y ayer lo acreditó. Desde esta perspectiva, la victoria de Juan Carlos Ferrero sobre Roger Federer, tercero del mundo, por 6-4, 4-6 y 6-4, entraba en las coordenadas de la lógica. Sin embargo, ganar al suizo en una superficie rápida no es algo al alcance de muchos. Federer es probablemente el tenista con más talento del circuito. Su espectacular coordinación en cada golpe, su equilibrio en el juego defensivo y el ofensivo, su sentido de la estrategia y su increíble intuición le convierten en un jugador completo. "Si juega a su mejor nivel, es casi imposible vencerle", reconocen casi todos.

Federer, de 22 años, llegó al Masters Series de Madrid precedido por la estela de ser el campeón de Wimbledon y de su triunfo en Viena sobre Carlos Moyà en la final. Está en un gran momento y se mantiene en la lucha por el liderato al final de la temporada. Pero Ferrero le superó. Lo hizo con un juego brillante, imaginativo, espectacular, colocando bolas en lugares inverosímiles, buscando las líneas con potentes golpes de fondo... Pero, sobre todo, apoyado en un servicio que ha mejorado de forma ostensible y en una convicción inquebrantable.

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Tenía Ferrero muchas cosas que demostrarse. Quería gritar a todos que no es sólo para la tierra batida. Y lo hizo. Ganó al que probablemente es el mejor indoor. "Para mí", confesó, "ésta es una victoria muy importante. Me prueba que soy capaz de ganar a cualquiera en una pista cubierta. Triunfos como éste o como el que logré [el viernes] ante [el tailandés Paradorn] Srichaphan son más importantes para mí que ser el número uno porque me compensan mi esfuerzo para jugar bien en todas las superficies".

Ferrero no planificó la temporada con la única intención de perseguir y lograr ser el líder mundial. Buscó fundamentalmente ponerse a prueba en todas las canchas para confirmar sus progresos de la pasada, cuando alcanzó la final del Masters en Shangai. Los resultados fueron espectaculares: llegó a los cuartos de final del Open de Australia, ganó Roland Garros, jugó los octavos de final en Wimbledon y alcanzó la final en el Open de Estados Unidos. Y en el camino sumó otros dos títulos importantes: Montecarlo y Valencia.

Pero a su carrera le falta una guinda: ganar un torneo indoor en pista rápida. "Me encantaría que fuera en Madrid", dijo Ferrero; "no sólo por el apoyo que siempre me ha dado el público, sino porque es un masters series, uno de los grandes".

La solidez y la calidad que acreditó Ferrero y su condición de número uno le convierten en favorito para la final de hoy contra el chileno Nicolás Massú (21º mundial), que, está en el momento más brillante de su carrera tras haber ganado los títulos de Amersfoort y Palermo y disputado otras dos finales este curso. Ayer se aseguró la tercera derrotando al marroquí Yunes El Aynaui por 7-5 y 6-4.

Ferrero jugó un partido sin mácula. Perdió sólo dos puntos con su saque en toda la primera manga y sólo se le nubló la cabeza cuando se enfrascó en un par de reclamaciones al juez de silla por hipotéticos errores de los árbitros de línea. "Tranquilo, calma, concéntrate", le indicaba Antonio Martínez Cascales, su entrenador, desde su palco.

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