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Reportaje:

Un encuentro contra la soledad

Medio centenar de viudas andaluzas conviven durante dos días en Sevilla para poner en común sus preocupaciones

Reyes Rincón

La pensión y la soledad. O la soledad y la pensión. El orden varía según el caso, pero casi todas las mujeres reunidas ayer en el Hotel Meliá de Sevilla coinciden que éstos son los dos grandes problemas de las viudas. La Asociación de Viudas de Andalucía celebra este fin de semana su asamblea anual, dos días para debatir las preocupaciones de este colectivo, buscarles soluciones y, sobre todo, conocerse. Es lo que buscan la mayoría de viudas al integrarse en la asociación: encontrar un apoyo para sus problemas y tener un punto de encuentro con otras mujeres en su misma situación.

Teresa Casasola reconoce que la reunión de los martes en la asociación de viudas de Huelva, la charla y el café con otras compañeras, es uno de los momentos más entretenidos de la semana. Este mes hará cinco años que se quedó viuda y aún se le saltan las lágrimas hablando de la soledad. "No tengo hijos, ni primos ni cuñadas. Mi vida es como mi apellido, Casasola", dice. Para matar un poco el tiempo se ha apuntado a una escuela de adultos y a natación. "O te buscas algo que hacer, o te mueres de asco", asegura.

La soledad de la viuda parece generalizada, aunque Maruja Huguet sostiene que "depende de la mentalidad de cada una, así le va". Ella se quedó viuda hace 18 años, pero asegura que nunca se ha encerrado en casa a llorar. "No he tenido tiempo, tenía hijos, una oficina, una casa". Maruja viste de morado, las uñas de sus manos lucen larguísimas de un lila un poco más claro, maquillada con soltura y peinada con mechas rubias y caoba. Tiene una gestoría, una pensión de 222 euros, dos hijos y tres nietos. "La familia ayuda a que la soledad se sienta menos", reconoce.

Las que no tienen hijos soportan peor la nueva vida cuando enviudan. "La soledad es tremenda", comenta Conchita, de Huelva, que se quedó viuda con 55 años, hace 17. "Mi marido era patrón de barco, todo el día viajando lejos. Y cuando se retiró porque ya le quedaba el 100% de la pensión y harto de trabajar en el mar, se puso enfermo y se me murió", recuerda Conchita.

"Los hijos dan compañía", subraya Emilia, que cuando enviudó, hace 32 años, tenía dos niñas de seis y ocho años. "Me da casi vergüenza decirlo, pero me quedé con una pensión de 2.230 pesetas para las tres. Y mi madre, que ya era también viuda, no cobraba más de 500 o 600", explica Emilia, quien advierte de que la situación económica en la que queda la viuda depende mucho del colectivo al que perteneciera el marido. "Mi marido trabajaba en el mar, y son pensiones bajísimas", dice.

La pensión es para muchas el único medio de vida que les queda al morir su pareja. Por eso algunas no quieren casarse de nuevo. Si lo hacen, pierden la pensión. Conchita es de las que piensa que hay que intentar no volverse a enamorar. El acto civil es el que deja sin pensión a la ex viuda, por eso Conchita propone que la ceremonia eclesiástica no incluya la civil, para que los viudos pudieran casarse por la Iglesia sin peder su renta. "La Iglesia debería admitirlo, porque si no, lo que hacen, es obligar a la gente a rebujarse. Se juntan como quieren y no pierden su pensión. Pero a mi eso no me gusta, yo si me caso es por la Iglesia, así que intento no enamorarme de nadie", sostiene Conchita.

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A la Asociación de Viudas de Andalucía pertenecen alrededor de 2.000 mujeres de toda la comunidad. Durante los dos días que dura la asamblea, tienen programadas una visita cultural por Sevilla, una misa en la Catedral, una recepción con cena en el Real Alcázar y una comida de hermandad con la actuación de un coro rociero. Algunas, no obstante, se quejan de que los precios -30 euros la comida de hermandad y alrededor de 48 la noche de hotel para las que vienen de fuera- son altos para la mayoría de las viudas.

El colectivo más conformista

La Confederación Nacional de Asociaciones de Viudas (Confav) nació en 1969 para defender los derechos de las viudas y huérfanos y ejercer de portavoz de éstos ante los organismos oficiales y la Iglesia. Pero también "para crear lazos de sincera amistad y solidaridad entre mujeres que se han visto bruscamente privadas del puesto que tenían en la familia, entre las amistades y en la sociedad", según se lee en el díptico que ayer repartieron entre los asistentes a la asamblea andaluza. Se define también como una asociación de "apostolado seglar" que hoy reúne a más de 400.000 mujeres en 390 asociaciones repartidas entre todas las comunidades. En Andalucía tienen unas 2.000 asociadas.

Desde su fundación ha conseguido logros importantes para este colectivo, como la ampliación de los 18 a los 22 años de la pensión de orfandad, explica su vicepresidenta, María Luisa Villacé, de 74 años y viuda desde hace dos décadas. Según Villacé, la mejora de la situación económica de las viudas es uno de los caballos de batalla de Confav. De momento, ya han conseguido que ésta pase de suponer el 45% del sueldo del marido fallecido, al 48%, y el Gobierno les ha prometido que pronto se situará en el 52%.

La presidenta de las viudas andaluzas, Julia Escudero, agradeció ayer a la Junta un decreto reciente que estipula un complemento económico para las mujeres con rentas más bajas. "Algunas se quejan porque no es una medida para todas, sólo para las que peor están, pero yo creo que es un orgullo y una satisfacción, un alivio para las que tienen las pensiones más pequeñas", subrayó Escudero en la presentación de las jornadas, en la que advirtió de que las viudas andaluzas van a seguir planteando nuevas reivindicaciones. "Somos el colectivo más conformista", aseguró Escudero, "pero vamos exigiendo y consiguiendo cosas muy poco a poco".

El delegado de la Junta en Sevilla, José del Valle, quien estuvo presente en la inauguración de la asamblea regional, explicó que la nueva medida de la Junta beneficiará a 145.000 andaluzas, para las que el Gobierno andaluz ha reservado 29 millones de euros anuales. El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, prefirió hacer reflexionar a este colectivo sobre lo que ellas pueden aportar a la sociedad. "Mi madre, que está aquí con nosotros, es para mí el ejemplo más importante de todo lo que estoy diciendo", dijo Monteseirín.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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