El jefe del Ejército avisó de que las anomalías afectaban a la moral de la tropa
El 21 de noviembre pasado, el entonces jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme) Alfonso Pardo de Santayana, envió un télex al jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Antonio Moreno Barberá, en el que le trasladaba "distintas incidencias relativas a la carga de los vuelos de sostenimiento para las operaciones en Afganistán", según la documentación remitida al Congreso.
En dicho télex, cuyo remitente era el general Alfonso Pardo de Santayana, -Luis Alejandre le sustituyó en en enero de 2003-, se indica que habían tenido entrada "en este Cuartel General" tres informes en el que se ponían de manifiesto incidencias.
"Estos problemas pueden afectar al grado de alistamiento/operatividad del personal y material en zona de operaciones y además afecta de una forma notoria a la moral de los efectivos en lo que concierne a la paquetería y correspondencia personal", explicaba.
Cambios de última hora
El télex alude a tres informes: "Vuelo sostenimiento 4 noviembre de GEFMA (general de la Fuerza de Maniobra)"; "Vuelo sostenimiento 17 de octubre de Mando de Apoyo Logístico a las Operaciones; y "Jefe Plana Mayor y Mando de ASPFOR II de 6 de noviembre". El jefe del Ejército resume "las incidencias más importantes", pero agrega que "la información podría ser ampliada y documentada si fuera necesario".
En primer lugar, se indica que "en el vuelo 20/21 de septiembre (Ilyushin) no se recibió paquetería de territorio nacional y la que se remitió de vuelta en Kabul se desembarcó en Manás (Kirguizistán), desconociéndose la causa".
Agrega que "en el vuelo 4/6 de octubre ( Hércules), se reservó al Ejército un 40 por ciento de la carga a la ida y un diez por ciento a la vuelta, quedándose en tierra más de 6.000 kilos acumulados".
Además, explica que "en el vuelo del 19/21 de octubre (Ilyushin), de los 23.000 kilos que correspondía transportar al Ejército se recibieron únicamente 4.000. En dicho vuelo viajó personal de la ONU sin que estuviesen contemplados en el manifiesto de personal ni se tuviese conocimiento previo del asunto", agrega.
El texto advierte de que estos "los cambios a última hora suponen: movimientos de carga innecesarios con las consiguientes horas de trabajo del escaso personal; retrasos en la recepción de equipos y repuestos necesarios para el contingente; acumulación de recursos a repatriar; y no entregar la paquetería y correo personal, lo que repercute negativamente en la moral del contingente".
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