¡Qué tormento!
La mañana del pasado domingo 12 de octubre encendí el televisor: en la primera cadena de TVE... un desfile militar; pulsé la segunda cadena y... ¡toma ya! una misa. Miro el calendario y veo efectivamente que no sueño y que no estamos en los años sesenta o setenta con la rancia televisión que nos emitían. Señores del Gobierno y sus voceros de Televisión Española, ¿quieren dejar por favor de atormentarnos con esa televisión? El que quiera misa, que vaya a la iglesia, y el que quiera rendir homenaje a las banderas española y estadounidense, tan pringadas ambas de sangre inocente, que se vaya a los cuarteles. ¿Por qué al resto de los humanos nos atormentan de esa manera? Pues eso, que la mañana del pasado domingo 12 de octubre encendí e inmediatamente apagué la televisión.
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