El legado de Trajano

Trajano nació en Itálica, cerca de la actual Sevilla, en el año 53 y fue emperador de Roma entre los años 98 y 117. Fue el primer emperador procedente de una provincia romana. Su paso por el poder llevó a Roma a una época de pujanza económica y política. El imperio alcanzó con él su máxima expansión. La Fundación El Monte ha organizado el ciclo de conferencias Trajano, Óptimo Príncipe (De Itálica a la corte de los Césares) en la Sala Juan de Mairena, en Sevilla. El ciclo, que se inició ayer, cuenta con la intervención de expertos como Trinidad Nogales, Pilar Pavón, José Carlos Saquete y Julio Mangas, entre otros. El ciclo concluirá mañana jueves.

Julián González Fernández, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Sevilla, es el coordinador de este ciclo. "Trajano fue una personalidad importante en numerosos aspectos. Fue una personalidad política conocida por su labor como conquistador y como militar. Se le suele contraponer a Adriano, su sucesor", explica Julián González.

"Trajano expande el imperio hacia unos límites nunca alcanzados. Pero dejar a este emperador reducido a este aspecto no da una visión real de él. Porque Trajano también se preocupó de las obras públicas. Hizo puentes, acueductos...", relata el coordinador del ciclo. Además, recuerda, fue un hombre con preocupaciones de carácter social que impulsó la creación de fondos públicos que sirvieran para "alimentar e instruir a niños huérfanos".

Su elección como emperador habla a las claras, según Julián González, de la "fuerza e influencia políticas" que tenía la Bética en la estructura del imperio romano. "La Bética tenía tal grado de romanización que no había distinciones entre un romano de la Bética y otro procedente de la propia Roma", agrega.

Tras varias campañas desarrolladas entre los años 101 y 107 Trajano venció a los dacios. El emperador fundó así la provincia de la Dacia (actual Rumania), cuya población sustituyó en gran parte por colonos romanos. "La conquista de la Dacia tuvo motivos económicos por sus minas de oro y estratégicos por la necesidad de proteger la frontera del Danubio", explica el coordinador del ciclo. "Los rumanos consideran a Trajano como el padre de la patria. Trajano es para ellos el ídolo nacional. Consideran que fue él quien les llevó la civilización", añade.

"Los rumanos están muy orgullosos de su lengua y pasado románicos. El mismo nombre de su país, Rumania, es una prueba clara de esto", recalca Julián González para mostrar el peso del legado de Trajano. El nombre del ciclo corresponde a la positiva relación del emperador con el Senado, que le "dio el título de Óptimo Príncipe", el mejor de los gobernantes.