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El líder del Polisario pide cerrar filas en torno al plan Baker

Los independentistas se reúnen en territorio del Sáhara Occidental

Mohamed Abdelaziz, el líder del Frente Polisario, intenta que el movimiento independentista cierre filas en torno al llamado plan Baker para el Sáhara Occidental, que él aceptó en julio de sopetón sin un debate previo entre los saharauis. El Polisario celebra desde el domingo su 11º congreso en Tifariti, un poblado de la antigua colonia española a menos de cien kilómetros del muro defensivo erigido por el Ejército marroquí.

La elección, por primera vez, de un lugar fuera del territorio de Argelia, el país que acoge al Polisario, "es un mensaje claro enviado a Marruecos sobre la determinación de los saharauis", señala Bulahe Said, presidente de la Media Luna Roja Saharaui. Tifariti carece, sin embargo, de todo tipo de infraestructuras, por lo que las delegaciones extranjeras invitadas al congreso padecen toda clase de penalidades, empezando por la escasez de agua para lavarse.

Este poblado, situado a unos 550 kilómetros al este de El Aaiún, fue además, según la propaganda del Polisario, el epicentro de varias batallas y de múltiples bombardeos de la aviación marroquí hasta que, en marzo de 1979, los guerrilleros saharauis lograron apoderarse definitivamente de él. En septiembre de 1991, poco antes de que entrase en vigor el alto el fuego, fue atacado por última vez.

Abdelaziz se pronunció, en su discurso inaugural, por "dar una respuesta positiva" al plan Baker "y poner a prueba la voluntad de la comunidad internacional y del Consejo de Seguridad" a la hora de aplicarlo. El plan fue rechazado en enero por el Polisario, pero seis meses después Abdelaziz le dio su visto bueno. Rabat lo recusó y el Consejo de Seguridad de la ONU lo respaldó a finales de julio.

La iniciativa de Baker, que fue secretario de Estado norteamericano, prevé la celebración, primero, de unas elecciones autonómicas en el Sáhara, con un censo ventajoso para el Polisario, y, al cabo de cuatro o cinco años, un referéndum de autodeterminación perjudicial para los independentistas, porque esta vez votarían los marroquíes allí instalados antes de 1999.

Brahim Ghali, que en el anterior congreso se presentó como candidato contra Abdelaziz y que encarna la línea más dura, reconoció que la aceptación del plan Baker provocó "malestar" en las filas saharauis. "La labor explicativa que se ha llevado a cabo y la negativa de Marruecos a discutir del plan han hecho que ahora goce de un consenso bastante amplio".

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Cambio inesperado

El inesperado cambio de postura del Polisario "ha sorprendido a nuestros enemigos", resaltó Abdelaziz. "Logró aislar a Marruecos y ponerlo en situación de enfrentamiento con la comunidad internacional", porque no anhela la paz. No está claro, sin embargo, si el líder saharaui dio su luz verde al plan tras ser presionado por el entorno del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, que deseaba acercarse a Marruecos.

El principal valedor de Marruecos sigue siendo el presidente francés, Jacques Chirac -el pasado fin de semana brindó a Mohamed VI un apoyo incondicional-, y Abdelaziz arremetió contra Francia al tiempo que ensalzó a España, que "está desempeñando un papel creciente en la política internacional" y que muestra preocupación por la búsqueda de una solución al conflicto del Sáhara Occidental (...)". "Nuestro reconocimiento va a la posición oficial de España y de su Parlamento", añadió.

Pese a estos elogios, la ayuda alimentaria que la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) brinda a los saharauis decae. Este año ascenderá a 0,9 millones de euros. En 2002 fue de 1,3 millones, y el año anterior alcanzó los 1,5 millones.

Conexión con la cárcel

La corrupción que reina en las cárceles marroquíes juega, a veces, malas pasadas a sus autoridades. El momento culminante del congreso fue una conexión telefónica con uno de los más célebres presos saharauis. El congreso interrumpió bruscamente sus trabajos para escuchar a Ali Salem Tamek, 30 años, de El Aaiún, que cumple en la prisión de Ait Mellal una pena de cuatro años por atentar contra la integridad territorial de Marruecos. A través del móvil, Tamek lanzó una soflama contra la "represión marroquí" en el Sáhara, saludó a las delegaciones y alabó a Abdelaziz. Los congresistas, en pie, aplaudieron emocionados. Las cárceles marroquíes dejan mucho que desear, pero los presos pueden mejorar dando propinas a los guardianes que, a cambio, hacen la vista gorda sobre, por ejemplo, el uso de móviles.

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