La construcción, un pastel muy repartido

El AVE no es exactamente el contrato del siglo para las constructoras. La inversión destinada a obra civil en la línea de alta velocidad que conectará Madrid, Barcelona y la frontera francesa alcanza los 8.870 millones de euros. Se trata de una importante inyección de dinero público en el conjunto de la economía, pero el pastel está muy repartido entre las empresas de la construcción, mientras los márgenes que se consiguen en este tipo de obras rondan de media un apretado 3%.

Al menos una treintena de constructoras participan en las obras. Todas las grandes (FCC, Dragados, ACS, Ferrovial, Acciona, Sacyr, OHL) y también firmas más modestas. "Estas obras se trocean en muchos tramos y se adjudican a muchas empresas que, además, a veces subcontratan una parte", explica Ramón Carrasco, analista de Beta Capital. "El pastel está muy repartido y para una constructora del tamaño de FCC [facturó 5.497 millones en 2002] no es tan significativo", añade.

El Tribunal de Cuentas ha fiscalizado 170 diferentes contratos adjudicados por el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) entre 1999 y 2002. Mientras en el AVE Madrid-Sevilla las grandes constructuras tuvieron un mayor peso en el total de las adjudicaciones, en el AVE Madrid-Lleida el Ministerio de Fomento ha dado entrada a muchas más empresas de tamaño más reducido, o "grandes emergentes", como las llama el presidente de la Asociación Nacional de Constructoras Independientes (ANCI), Jaime Lamo de Espinosa. "Y han demostrado su capacidad, en competencia con las mayores empresas del país", señala.

El proyecto del AVE que unirá España y Europa ha sido calificado de faraónico: 850 kilómetros de vía. Sólo en el tramo Madrid-Lleida se han construido 97 viaductos y 27 túneles, y se han excavado 77.823.449 metros cúbicos (un volumen similar al de 61 estadios de fútbol con las dimensiones del Bernabéu).

Márgenes ajustados

Pese a la magnitud de las cifras, en general los márgenes en este tipo de construcción rondan el 3% -como mucho el 5%- frente a los márgenes de entre el 7% y el 15% que consiguen las grandes empresas gracias a las actividades ligadas a los servicios. "Pero el negocio tradicional de la construcción es seguro y sobre todo es un gran generador de caja, clave para acometer otros proyectos", señalan en fuentes del sector.

En este AVE de los retrasos, las constructoras también se han llevado su parte. En el tramo Madrid-Lleida, el Tribunal de Cuentas detectó suspensiones y prórrogas en el plazo de ejecución de las obras en el 80,64% de los contratos supervisados, que suponían más de 1.200 millones de euros de inversión. La mayor prórroga sufrida por un contrato duró un año por el cambio de trazado de la línea del AVE en la zona de Torija (Guadalajara).