Para asfalto y tierra
Aunque por fuera es más alto que un coche normal, el Outback transmite las sensaciones de un buen turismo de su tamaño: la conducción, materiales, equipamiento interior (pantalla táctil...) y tacto de los mandos tienen la calidad y precisión de los modelos mejor resueltos y le sitúan por encima de otros Subaru.
Motor 2.5 Boxer
La mecánica Boxer diferencia al Outback. Monta un motor 2.5 de 165 CV con cuatro cilindros opuestos, un diseño que permite rebajar el centro de gravedad y ofrecer un mejor comportamiento dinámico. Además incluye también tracción 4×4, e incluso reductora, algo casi exótico en un turismo.
El conjunto presenta muchas ventajas y algún inconveniente: aumenta los rozamientos y provoca una ligera pérdida de prestaciones en asfalto. Se nota al acelerar porque, aunque el motor es elástico, le falta fuerza por debajo de 4.000 vueltas. Y aunque puede viajar a buen ritmo, en las subidas y a plena carga parece un poco frenado respecto a un coche normal. Así, para que responda con brío hay que llevar el motor entre 4.000 y 6.200 vueltas, donde tiene más garra. Y manejar con soltura el cambio, que está bien escalonado, aunque tiene un accionamiento lento. Además, la reducción de peso, el aumento de potencia (de 156 a 165 CV) y la aerodinámica han mejorado las prestaciones y consumos: gasta entre 9 y 10 litros en conducción tranquila y sube a 11-12 en ciudad, a ritmos rápidos y en el campo, cifras correctas para un coche con tracción 4×4 permanente e inferiores a las de otros turismos todocaminos.
Reductora para el campo
La tracción 4×4 y la reductora permiten al Outback adaptarse a casi todo (pistas de tierra, nevadas...). Circula siempre con tracción 4×4 y ofrece una buena estabilidad en asfalto: filtra bien los baches, y, aunque las suspensiones son algo secas en las ondulaciones, no resulta incómodo para viajar. Además tiene aplomo y sólo acusa un poco las inercias de la carrocería en las curvas y desliza de delante en los virajes más cerrados. Pero es muy manejable, lo que se agradece en ciudad, y tiene unas reacciones nobles y seguras que permiten conducir relajado. Y los frenos paran el peso con potencia y cuentan con un ABS preciso.
La robustez y calidad de fabricación se sienten también fuera del asfalto: Subaru ha mejorado el comportamiento en carretera sin perder aptitudes en pistas de tierra. Las suspensiones absorben todo con solidez, y, aunque la altura al suelo (20 centímetros) marca los límites, está bien protegido por debajo. Además, la reductora se conecta sin parar moviendo una palanca y completa unas aptitudes 4×4 sobresalientes para un turismo y superiores a muchos todoterrenos ligeros. El Outback supera pendientes fuertes y zonas de cierta dificultad con soltura. No es un todoterreno, pero puede hacer mucho más de lo que se atreven la mayoría de los usuarios.
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