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Crítica:SUBARU LEGACY OUTBACK 2.5 | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un familiar para circular por todas partes

La imagen y el dinamismo de los turismos, los sistemas de tracción de los todoterrenos y un interior amplio y bien acabado para cubrir las necesidades familiares. El Subaru Outback es la versión todocaminos del Legacy, la alternativa de la marca japonesa a los Audi Allroad y Volvo XC 70. Un familiar muy versátil y apropiado para aficionados a la montaña, la caza, deportes de invierno y otras actividades al aire libre.

Salto de calidad

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Para asfalto y tierra

El Outback forma parte de la gama del nuevo Legacy, y, como todos los Subaru, tiene la tracción 4×4 como elemento diferenciador. Sin embargo, la cuarta generación de este coche, que se lanzó en 1989, supone un importante salto de calidad que refuerza sus virtudes para competir con los modelos europeos equivalentes.

El nuevo Outback mide 4,73 metros de largo y se vende sólo en carrocería Station Wagon o familiar. La línea tiene un perfil afilado, con un frontal bajo, el lateral ascendente y el portón inclinado hacia delante, que potencian su dinamismo y aportan una aerodinámica eficiente para un todocaminos (CX: 0,34). Además se diferencia de los demás Legacy por unas suspensiones más altas y un parachoques con la base de plástico que se prolonga por debajo de la carrocería para proteger la mecánica cuando se sale del asfalto.

No destaca por su personalidad estética, pero tiene buena presencia y una imagen más discreta que el modelo anterior. Y lo más importante es que Subaru ha evolucionado la mecánica para mejorar el comportamiento dinámico. Así, monta motores más potentes y austeros, tiene un centro de gravedad más bajo y utiliza más aceros especiales y aluminio, que reducen el peso y aumentan la rigidez del conjunto.

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Un interior con acabados europeos

Aparte de todos estos cambios, llama la atención la resolución interior, con un diseño y acabados muy superiores a lo habitual en los coches japoneses y a la altura de los mejores europeos. Tanto el salpicadero como los plásticos y demás materiales tienen un aspecto cuidado, y, junto a los detalles metalizados, crean un ambiente atractivo. La calidad de ajuste y la rigidez de la carrocería se aprecian también en la sonoridad: monta unas ventanillas sin marcos, pero no es ruidoso.

El nuevo Subaru ha crecido un poco en tamaño y es más amplio por dentro. Las plazas delanteras son generosas, pero el espacio para las piernas resulta sólo correcto en las traseras

. Sin embargo, reúne todas las ventajas de las carrocerías familiares con portón trasero y cuenta con un buen maletero que, abatiendo los asientos de atrás, ofrece una gran capacidad. Por lo demás, incluye también otros huecos: un posavasos delante y dos detrás del apoyabrazos, una guantera con una repisa muy práctica, bolsas en las puertas delanteras, redes en los respaldos y dos huecos más en el maletero.

Sólo dos motores de gasolina

El Outback comparte los motores del Legacy: un 2.5 de 165 CV (31.500 euros) y un 3.0 de seis cilindros y 245 CV (42.900), que es de los más potentes en su cilindrada. El primero lleva un cambio de cinco marchas con tracción 4×4 y reductora, y el otro monta un moderno automático-secuencial, pero sin reductora, disponible también en el 2.5 (1.500 euros más). Los dos destacan por su generoso equipo de serie: seis airbags, reposacabezas activos, ABS, climatizador, control de velocidad de crucero, ordenador de viaje, asiento del conductor eléctrico, barras portaequipajes, techo solar doble y tres años de garantía. Salvo el 2.5 manual, vienen también con el ESP y el 3.0 con tapicería de cuero. Y no hay opciones, sólo el navegador.

Conclusión

El Subaru Outback es un familiar polivalente preparado para circular sin problemas dentro y fuera del asfalto. No ofrece los recursos de los todoterrenos en el campo, pero tiene el comportamiento ágil y refinado de los turismos en carretera , un interior amplio y un completo equipo de serie. Y unos precios más asequibles que los turismos todocaminos europeos.

El nuevo Outback tiene un aspecto más elegante que el anterior e incluye unas protecciones más discretas en el frontal y en la base de las puertas. La línea es estilizada e integra bien el portón trasero.
El nuevo Outback tiene un aspecto más elegante que el anterior e incluye unas protecciones más discretas en el frontal y en la base de las puertas. La línea es estilizada e integra bien el portón trasero.ENRIQUE BROOKING

AL DETALLE

- EL TODOCAMINOS MENOS CARO

El Outback es el turismo todocaminos más asequible de su tamaño, aunque no cuenta con versiones turbodiésel, las más demandadas. Sólo cuesta 1.800 euros más que un Legacy familiar con el mismo motor, y la diferencia con el Volvo XC 70 2.4 D5 turbodiésel sube a 8.500 euros. Y sube a casi 16.000 euros si se compara con el 2.5 turbo de gasolina y 210 CV, que ofrece unas aceleraciones similares y sólo una velocidad punta superior. Además cuesta también 13.500 euros menos que el Audi Allroad equivalente (motor 2.5 TDi de 165 CV), que acelera también con menos rapidez y tiene un poco más de velocidad que el Subaru. La única laguna del Outback es el control de estabilidad ESP, que viene de serie en toda la gama, salvo en la versión 2.5 con cambio manual. Pero incluye un equipamiento superior, con detalles como el techo solar doble, y una garantía más amplia.

- MODERNO Y BIEN REMATADO

El interior del Outback supone un gran salto adelante en calidad, diseño y acabados respecto a anteriores modelos de Subaru. Las mejoras se aprecian muy bien en el salpicadero, que integra bien el navegador y tiene una consola metalizada muy moderna y atractiva. Además, la instrumentación, el volante y la calidad de los materiales ayudan también a crear un ambiente más cuidado y elegante.

Entre los detalles mejor resueltos destaca la pantalla táctil del navegador, que permite acceder también a las funciones del ordenador de viaje (consumos, autonomía...) con sólo apoyar un dedo en la ventana correspondiente. La posición de la palanca para conectar la reductora también es muy práctica, y se puede utilizar en marcha sin parar el coche, una solución vital en el campo cuando surge un apuro.

El Outback aporta también un maletero correcto de 459 litros (cargando sólo hasta el borde inferior de la bandeja) y se puede ampliar hasta 1.628 litros plegando por partes el asiento posterior.

Por lo demás, la estética de la zaga es discreta pero equilibrada. Destacan las protecciones negras inferiores, las dos salidas de escape y el diseño de las luces de marcha atrás, dos tiras blancas integradas en el portón y separadas de los pilotos.

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