Varias asociaciones de vecinos piden que se anule el traslado de la Quirón

Cuatro asociaciones de vecinos del distrito barcelonés de Gràcia han recurrido a la Subcomisión de Urbanismo de Barcelona para que anule la modificación del Plan General Metropolitano que permitiría a la clínica privada Quirón trasladarse a un solar municipal, calificado para equipamientos, situado entre la plaza de Alfons Carles Comín y el camino de la Mare de Déu de Lorda, en el que se autoriza un techo edificable de 21.000 metros cuadrados.

El texto del recurso, redactado por el urbanista Eduard Moreno, señala que la operación "resulta un abuso inadmisible del suelo de la ciudad en beneficio de intereses privados". En síntesis, la clínica Quirón ofrece al Ayuntamiento un terreno situado sobre el parque de la Oreneta en el que tenía previsto construir el centro a cambio del solar de la plaza de Alfons Carles Comín, en el distrito de Gràcia, y podrá construir en el actual emplazamiento del hospital, en la avenida de la Mare de Déu de Montserrat, 12.000 metros cuadrados de viviendas de promoción libre.

Las asociaciones de vecinos de Penitents-Taxonera, Vila de Gràcia, Gràcia-Nord Vallcarca y Passatge d'Isabel reivindican el solar que se ofrece a Quirón para residencia geriátrica o viviendas sociales y cuestionan la permuta por considerarla lesiva para los intereses de la ciudad.

El responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Ramón García Bragado, justifica el acuerdo alcanzado aduciendo que así se protege la sierra de Collserola. Inicialmente, la propiedad del hospital quería trasladarlo al solar que posee junto al parque de la Oreneta, pero tenía problemas de acceso y el Ayuntamiento consideró, además, que supondría un fuerte impacto ambiental.

Los técnicos en urbanismo convinieron que es preferible trasladar la clínica a un lugar situado dentro del tejido urbano para preservar la ladera de Collserola. García Bragado admite que se trata de una permuta compleja, pero se muestra tajante respecto a la valoración de las fincas: "Estamos absolutamente tranquilos porque se ha hecho una valoración equilibrada de acuerdo con la tasación efectuada por una empresa de auditores independiente (inscrita en el registro del Banco de España)".

El responsable de Urbanismo rechaza que el acuerdo sea lesivo para los intereses de la ciudad y lamenta no haber podido explicarlo a los vecinos porque éstos no se presentaron a la reunión a la que fueron convocados.

Los argumentos del Ayuntamiento, que señalan que la ciudad ganará alrededor de 38.000 metros cuadrados de parque forestal en Collserola, no convencen a los vecinos, que están mucho más preocupados por la falta de equipamientos, la gran densidad urbanística de Gràcia y los problemas de congestión de tráfico, que se verán agravados con un nuevo hospital. A las asociaciones de vecinos tampoco les consuela que les digan que en las inmediaciones de la plaza de Alfons Carles Comín se construirán 50 pisos protegidos y una guardería en un solar adyacente de 5.000 metros cuadrados.

Las entidades vecinales también consideran criticable que se autorice a los dueños de la Quirón a construir viviendas a precio de mercado (12.000 metros cuadrados de techo) en el terreno que ocupa la clínica actualmente. Estiman además que la operación contribuirá a saturar aún más la zona de centros hospitalarios, contraviniendo lo que, según el abogado Eduard Moreno, aconseja el urbanismo moderno, que es evitar la excesiva especialización y fomentar la mezcla de actividades en el territorio.

Plusvalía para la clínica

Por su parte, la arquitecta Marta Cañadas hizo una pormenorizada valoración de los terrenos que la Quirón entrega a cambio de los que recibe del municipio y considera que el resultado es netamente favorable para la clínica privada. En el recurso de reposición presentado ante la Subcomisión de Urbanismo se cifra la plusvalía que obtendría la clínica en 4,5 millones de euros, si se calculan las diferencias entre el valor inicial de los terrenos y el que generará su recalificación.

El polémico acuerdo se enmarca en un convenio urbanístico entre las dos partes (Ayuntamiento y Quirón) que, según explicó Eduard Moreno, es una figura urbanística muy desprestigiada. En el recurso se indica que el Tribunal Supremo califica este tipo de acuerdos de "convenio remedio" porque "vienen a solucionar trapicheos urbanísticos realizados con anterioridad". A juicio de Moreno, el convenio podría ser un instrumento urbanístico útil si se empleara en beneficio del interés público, pero en la práctica "se abusa de él y se usa como si fuera un intercambio de cromos".