La izquierda se compromete a impedir el trasvase del Ebro

Los tres partidos de izquierda -PSC, ERC e ICV- firmaron ayer con la Plataforma en Defensa del Ebro un compromiso de rechazo al trasvase del río previsto en el Plan Hidrológico Nacional. Se trata de siete puntos entre los que destacan el rechazo a la detracción de agua hacia Barcelona y Valencia, la oposición a la conexión de los ríos catalanes y la negativa a gobernar con partidos que apoyen el trasvase del Ebro.

Pese a que el compromiso es común, cada formación lo interpretó a su manera, sobre todo con la vista puesta en las próximas elecciones. Iniciativa advirtió al PSC de que la oposición a llevar agua a Barcelona es "condición sine qua non" para cualquier futuro pacto de gobierno. El PSC, que apoya el envío de agua a Barcelona desde el Ebro en caso de emergencia, recordó a Esquerra que el compromiso suscrito ayer haría imposible acuerdos con CiU tras las elecciones. ERC criticó las diferentes posturas mantenidas por el PSC y evitó pronunciarse sobre pactos con CiU.El acuerdo suscrito ayer por las fuerzas de izquierda recoge la apuesta de éstas por la nueva cultura del agua y, por lo tanto, su rechazo al Plan Hidrológico Nacional y a los trasvases previstos. Asimismo, el pacto se opone a la interconexión de los ríos Ebro, Ter y Llobregat, proyectada por el Gobierno catalán en agosto de 2002, y afirma la necesidad de oponerse jurídicamente al trasvase.

La disolución del Consorcio para la Protección Integral del Delta del Ebro y la derogación del PHN son otros de los puntos suscritos. Finalmente, los tres partidos acuerdan no llegar a pactos de gobierno con formaciones "que den apoyo al trasvase del Ebro". El documento fue remitido durante este verano por la plataforma a los partidos que concurren a las elecciones, con el objetivo de que todos ellos manifestaran su posición. La del PP y CiU (firmantes del Plan Hidrológico Nacional) era más que predecible y no se les esperaba en el acto de ayer.

Iniciativa per Catalunya suscribió sin problemas todos y cada uno de los puntos, y su presidente y candidato a la presidencia de la Generalitat, Joan Saura, afirmó que entre los 25 compromisos de gobierno de su formación se incluye la negativa al trasvase y a llevar agua desde el Ebro a Barcelona.

La firma del PSC fue más conflictiva: pese a que el documento habla de oposición a "cualquier tipo de trasvase", la responsable de medio ambiente, Montserrat Tura, ratificó la postura socialista, detallada en su programa electoral, de apostar por una interconexión de cuencas "para casos de emergencia".

La representante socialista recordó el acuerdo suscrito por Pasqual Maragall la pasada semana para iniciar de inmediato y con un límite de cinco años medidas alternativas para evitar que la interconexión sea necesaria. Esta postura desató un agrio debate en las últimas semanas en el seno de la plataforma, que finalmente prefirió contemporizar y obtener un compromiso generalista por parte del PSC a que éstos no suscribieran el pacto. Según explico uno de sus portavoces, Àngel Aznar, el movimiento ha optado por darles "un voto de confianza".

Carod y los milagros

Esquerra Republicana, al igual que el resto de las formaciones, hizo hincapié en la complicidad mantenida "desde sus inicios" con la plataforma, y su secretario general, Josep Lluís Carod, deseó que el compromiso se suscribiera no únicamente por el río y contra los trasvases, sino también "por las tierras del Ebro y para poner fin a su tradicional marginación de las estructuras políticas".

Pese a que el documento incluye el compromiso de "no hacer pactos de gobierno con un partido político que dé apoyo al trasvase del Ebro", Carod se mantuvo leal a su equidistancia y evitó pronunciarse en contra de un posible pacto de gobierno con Convergència i Unió.

El acuerdo sería posible, según el dirigente y cabeza de lista republicano a la presidencia de la Generalitat, siempre que los convergentes cambiaran su postura respecto al río. "Soy agnóstico, pero hoy digo que los milagros no son imposibles", sentenció Carod.