La arquitectura de los indianos salpica la imagen urbana del norte de España
Un seminario estudia las casas en Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y Navarra
La arquitectura de los indianos forma parte de la imagen urbana de pueblos y ciudades del norte, y este patrimonio está pendiente de su catalogación antes de que desaparezca, según el arquitecto Antón G. Capitel, director de un seminario sobre el tema que hoy se clausura en Santander. La Fundación Carolina, la asociación cultural Plaza Porticada y la Fundación Marcelino Botín se han puesto de acuerdo para presentar un estado de la cuestión de los estudios sobre los edificios de indianos y americanos en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra.
La geografía de la arquitectura de indianos recorre Asturias, con los ejemplos "más espectaculares", que han provocado varios estudios y exposiciones; Galicia, con inmuebles más humildes pero inventariados; Cantabria, País Vasco y Navarra, con edificaciones más antiguas, desde el siglo XVII, que a veces se confunden con las casonas y las casas hidalgas.
Antón G. Capitel describe la situación actual de un patrimonio que desaparece. "Merece la pena hacer una catalogación de esta arquitectura ecléctica e historicista que realizan los emigrantes que vuelven, sobre todo desde finales del siglo XIX a principios del XX. Se les ha hecho poco caso y con frecuencia se tiran. En Asturias, por ejemplo, entre 1880 y 1930 la inmensa mayoría de los edificios importantes, salvo en Oviedo y Gijón, pertenecen al capital americano, en casas o a través de donaciones para construir escuelas, asilos, plazas y obras públicas. La fuerte inversión de los indianos fue importante, y ahora mismo forma la imagen urbana de los lugares".
Para Antón G. Capitel, el conjunto de estos edificios forma la plataforma más importante de la arquitectura ecléctica. "Aunque estilísticamente es muy diversa, a los arquitectos se les pedía fantasías, sobre todo en Asturias, y en este historicismo ecléctico todo es como una invención sobre el palacio del nuevo aristócrata, que en otros lugares como Cantabria se realizaron las casonas hidalgas, que también son invenciones. En algunas casas de pueblos gallegos hay elementos, como los balcones, que tienen su origen americano".
En la Fundación Marcelino Botín, de Santander (www.fundacionmbotin.org, Pedrueca, 1), se celebra ayer y hoy un seminario sobre los testimonios en el norte peninsular de la corriente migratoria hacia América. En las jornadas de estudios se han analizado las casas indianas en el País Vasco (en una intervención de María Teresa Paliza), en Navarra (Javier Azanza), en Asturias (Covadonga Álvarez Quintana, María Cruz Morales y Rafael Serrano), en Galicia (José Ramón Alonso) y en Cantabria (Isabel Ordieres), junto con una visión general de la cornisa cantábrica (Miguel Ángel Aramburu), la imagen de los españoles desde América (Ramón Gutiérrez) y el ejercicio de la fantasía de los indianos (Antón G. Capitel). Está previsto que las ponencias formen una publicación. Los participantes visitan mañana la Quinta Guadalupe, construida en 1906 por Íñigo Noriega Laso, en Colombres (Asturias), convertida desde 1987 en la Fundación Archivo de Indianos-Museo de la Emigración. Este palacete, que lleva el nombre de Guadalupe Castro, esposa de Íñigo Noriega, fue en la posguerra casa de reposo y Hogar de Auxilio Social, tras su adquisición por el Estado. La historiadora Consuelo Soldevilla, coordinadora del seminario, considera que los palacios y casonas, construidos en el siglo XVIII, se mimetizan con la arquitectura hidalga de los siglos XVII y XVIII que estuvieron en las Indias. A estos españoles que se enriquecieron se les conoce a su regreso como indianos, nombre que compartirán siglos después con el de americanos.
"Esta arquitectura, tan clara, específica y reconocible en todo el paisaje norteño, con sus parques y jardines, llenos de plantas exóticas, traslada el ambiente americano a sus lugares de origen", señala Soldevilla en la presentación del seminario. "Indianos y americanos no sólo construyeron viviendas, el aspecto más vistoso y también más criticado en su época, sino también obras encaminadas al bien común".
Además del legado material y cultural de los emigrantes a América, destaca la aportación de capitales y remesas que llegaron al norte de España para ayudar al desarrollo económico y social de la cornisa cantábrica.
Babelia
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