Cuatro de cada diez alumnos piden revisar su examen de selectividad en septiembre

El 36% de los 8.225 alumnos examinados de selectividad en la convocatoria de septiembre han pedido que se revisen sus ejercicios por estar disconformes con la calificación obtenida. Sólo un 60% de los estudiantes presentados a esta repesca en las seis universidades públicas madrileñas logró superarla, frente al 85% de la convocatoria de junio.

Los alumnos tienden a pedir la revisión de sus exámenes debido a que nunca perderán nota. O la mantienen o la mejoran. Y por eso prueban. Unos luchan por el aprobado y otros

lo que persiguen es aumentan sus calificaciones para poder entrar a la facultad elegida, ya que si las plazas escasean tienen prioridad los de mejor expediente académico. En junio un 40% de los 24.800 estudiantes presentados pidió la revisión de sus exámenes y un tercio de ellos logró mejorar sus notas.

Las facultades donde se han presentado más reclamaciones han sido las de Alcalá (un 40%) y la Rey Juan Carlos (un 38%); las que menos, la Politécnica (32%) y la Carlos III (31%).

Los alumnos descontentos pueden pedir la revisión de un máximo de seis asignaturas y tienen dos vías para hacerlo: la reclamación y la doble corrección. La reclamación consiste en que un nuevo tribunal repase el examen y vea si las calificaciones obtenidas son justas. La nota se puede mantener o mejorar, pero no reducir.

En la doble corrección, la calificación final se obtiene haciendo una media entre la primera nota y la conseguida tras la revisión. Puede ocurrir que el alumno obtenga al final una puntuación menor, pero si así sucede siempre le queda la posibilidad de renunciar a la doble corrección y optar por el otro sistema: la reclamación.

Doble corrección, el 35%

De las peticiones de revisión de examen presentadas en septiembre, el 65% han optado por la reclamación y el resto por la doble corrección.

Normalmente, el porcentaje de suspensos es mayor en los exámenes de selectividad de septiembre que en los de junio porque, según explican portavoces de la Consejería de Educación, el alumnado suele ir a la repesca peor preparado y menos motivado. Muchos saben que no podrán estudiar la carrera elegida porque sus plazas ya están llenas con los aprobados de junio.

Sin embargo, la demografía juega a favor de los estudiantes porque el descenso de la población en edad universitaria hace que en septiembre queden todavía plazas en bastantes carreras, algo que no ocurría hace años. Las más demandadas, como Matemáticas e Ingeniería Informática de la Autónoma y Medicina y Fisioterapia de la Complutense, se llenan en junio con los estudiantes de mejor expediente, ya que para entrar a ellas se exigen calificaciones que van del 7,94 al 8,28. En la nota final, la selectividad cuenta un 40%, frente al 60% del expediente académico.