La asociación P2P United crea un código de conducta para sus usuarios
Seis redes P2P han creado una asociación con un doble objetivo. Por un lado, establecer un código de conducta que promueva el comportamiento responsable entre sus millones de usuarios en el mundo, que intercambian todo tipo de archivos a través de estas redes y, por otro,
convencer al Congreso de Estados Unidos y a la industria discográfica de que su negocio es legítimo.
Con la destacable ausencia de Kazaa, en la asociación P2P United están LimeWire, Blubster, Grokster, Morpheus, BearShare y eDonkey 2000. Todos se han comprometido a advertir a sus clientes de que el intercambio de archivos puede constituir la violación de los derechos de autor.
Sin embargo, no están dispuestos a instalar filtros en sus redes de intercambio porque "violaría que se puedan intercambiar archivos legales no sujetos al copyright".
No a los filtros
P2P United también se compromete a no instalar programas en el disco duro del ordenador del usuario sin el consentimiento de éste y asegura que ayudará a las autoridades a perseguir a los pederastas, la excusa que emplea ahora la asociación de la industria discográfica estadounidense (RIAA, en inglés) para conseguir el apoyo político suficiente que le permita cerrar estas redes, a las que considera responsables de sus multimillonarias pérdidas por el descenso en la venta de CD y, de paso, erradicar una práctica habitual entre los internautas.
El primer objetivo de la RIAA fueron las empresas. Después, las universidades. Y en los últimos meses la ha emprendido con los propios usuarios. De los 261 individuos que demandaron en septiembre, ya han llegado a un acuerdo con 64. Precisamente, P2P United denunció esta "intimidatoria" práctica y recalcó que están tratando de llegar a un acuerdo con la industria discográfica. Un pacto del que no han dado detalles pero que podría consistir en una licencia obligatoria o un sistema indirecto de pago.
Tras la presentación de la nueva asociación, la RIAA emitió este comunicado: "Es refrescante ver que los miembros de esta asociación son conscientes de que deben ser más activos en educar a sus clientes sobre las consecuencias que puede acarrear el intercambio ilegal de archivos en Internet. Pero, seamos claros: necesitan hacer mucho más para reclamar que son negocios legítimos".
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