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Reportaje:

El fin de las masas revolucionarias

Artium presenta 'Agrupémonos todos', la reflexión contemporánea de 19 artistas sobre la masificada sociedad actual

De la masa del siglo XX a la multitud del XXI, el individuo que nació con la modernidad no ha dejado de reunirse, con mejores o peores fines, para mostrar la fuerza del colectivo. Desde ayer, el Artium presenta en Vitoria la exposición Agrupémonos todos. Gregarismo, ocio y otros motivos de reunión, un recorrido por el tratamiento que 19 creadores contemporáneos dan a la transformación que ha recibido la reunión de seres humanos en este periodo.

De aquellos desfiles que tanto gustaban a los tiranos del pasado siglo a las abarrotadas playas del Mediterráneo en agosto, sólo cambia el uniforme, parece sugerir la fotografía Riccione, del italiano Massimo Vitali, uno de los presentes en la muestra. La exposición nace del conocido estribillo de La Internacional, pero aquella reunión revolucionaria se ha transformado ahora en aglomeración borreguil o en encuentro semiespontáneo.

La apuesta de Javier González de Durana, director del museo vitoriano y comisario de la muestra, trata de recoger las miradas más irónicas, incluso humorísticas, sobre este fenómeno social, que ya tiene poco de inquietante. Sólo hace falta ver la fotografía con la que se abre la exposición, emblemática de esa nueva consideración de las masas. Se trata de la recreación de Olivo Barbieri del famoso cuadro Il quarto estato, pintado en 1901 por Pelizza da Volpedo, famoso por ilustrar los carteles de Novecento, el clásico de Bernardo Bertolucci. Ya no queda nada de la fuerza del grupo de trabajadores, ahora difuminados.

"En el siglo XXI, la cantidad es un valor devaluado: ya no tiene capacidad de conquista, sean las masas comunistas, los desfiles nazis o los clubs de fans de Elvis Presley", resumió Durana en la presentación de la exposición. Parece que el único revulsivo es el cuerpo desnudo. Así, no faltan obras del norteamericano Spencer Tunick, conocido por sus retratos de multitudes sin ropa en lugares principales de grandes ciudades.

La exposición, abierta hasta abril de 2004, se completa con un catálogo gratuito impreso al estilo de los periódicos obreros de principios del XX.

Una joven toma notas en la muestra junto a <i>Caminando</i> (1998-1999), conjunto escultórico de la polaca Magdalena Abakanowicz. Al fondo, tres fotografías del norteamericano Spencer Tunick.
Una joven toma notas en la muestra junto a Caminando (1998-1999), conjunto escultórico de la polaca Magdalena Abakanowicz. Al fondo, tres fotografías del norteamericano Spencer Tunick.PRADIP J. PHANSE
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