Bush cree que tal vez nunca se descubra al autor de la filtración

La Casa Blanca descartó ayer a tres altos funcionarios como posibles responsables de la filtración a la prensa del nombre de Valerie Plame, una agente secreta de la CIA cuyo marido, Joseph Wilson, ha sido muy crítico de la política de Estados Unidos en Irak. El presidente George W. Bush apuntó a la posibilidad de que nunca se descubra al responsable de la filtración: "No tengo idea si encontraremos quién fue el autor de la filtración. Me gustaría hacerlo. Quiero saber la verdad".

La declaración se hizo horas antes de que expirase el plazo para que los funcionarios entreguen toda la documentación que pueda ser relevante. Los abogados de la Casa Blanca deberán ahora examinar los datos durante dos semanas antes de entregarlos al Departamento de Justicia.

El portavoz del presidente Bush, Scott McClellan, afirmó que los tres cargos cuyos nombres se han publicado en la prensa como posibles responsables de la filtración han negado su participación. Se trata del principal asesor político de Bush, Karl Rove; el jefe de Gabinete de la vicepresidencia, Lewis Libby, y el director del Consejo de Seguridad Nacional, Elliot Abrams. McClellan calificó las informaciones publicadas por la prensa de "no tener sustancia".

"He hablado con cada uno de ellos por separado. Ninguno estuvo implicado en la filtración de información clasificada", aseguró el portavoz, que también expresó sus dudas sobre la posibilidad de encontrar al responsable. "Creo que todos nosotros sabemos que a veces puede ser difícil localizar a fuentes anónimas. Pero déjenme subrayar que nadie tiene más interés en esclarecer este asunto por completo que el presidente de EE UU".

El Departamento de Justicia ha abierto una investigación sobre las circunstancias en que se filtró a la prensa el nombre de la agente de la CIA. Su marido, el ex embajador Joseph Wilson, acusó al Gobierno de Bush de exagerar la amenaza que representaba Irak para justificar la guerra contra ese país.