Los ponentes de la Constitución piden que cualquier reforma sea por consenso

Los siete ponentes de la Constitución de 1978 expresaron ayer a través de una declaración simbólica que "las eventuales reformas" de la Carta Magna deben hacerse con "idéntico o mayor consenso al que presidió su elaboración". José Pedro Pérez-Llorca, Miguel Herrero Rodríguez de Miñón, Gabriel Cisneros, Gregorio Peces-Barba, Manuel Fraga, Miquel Roca y Jordi Solé Tura, ausente por enfermedad del acto organizado por el Gobierno en el parador de Gredos, suscribieron un documento en esta línea, que ha recibido el respaldo de los principales partidos, salvo el PNV, ausente del acto.

Los ponentes se reunieron en el parador de Gredos, el mismo paraje en el que dieron el toque definitivo al borrador de la Constitución, en febrero de hace 25 años, y acordaron un texto de reafirmación de la Carta Magna. El texto fue leído en una ceremonia enmarcada dentro de los actos conmemorativos del 25 aniversario de la Constitución española, que finalizarán el 6 de diciembre en el Congreso, con una ceremonia especial que presidirán los Reyes.

Los representantes de los principales partidos, PP, PSOE, IU, CiU y Coalición Canaria, han dado su apoyo al texto. El PNV, que se abstuvo en 1978 en la votación de la Constitución, no respondió siquiera a la invitación cursada por los organizadores del acto.

El punto más problemático del texto era a priori el referente a la reforma constitucional ya que el PP, el PSOE y los nacionalistas mantienen posiciones diferentes sobre la conveniencia o no de dicha reforma.

El borrador redactado por el ponente, Gabriel Cisneros, del PP, partido contrario a reformar la Carta Magna, eludía la coyuntura política y se limitaba a apuntar que las "eventuales reformas" de la Constitución deben realizarse dentro de las reglas de juego y con un consenso, al menos, similar al que hubo en 1978.

Roca, ponente de CiU, y Peces Barba, del PSOE -los partidos que defienden hoy la reforma de la Carta Magna aunque por distintos motivos-, asumieron la propuesta de Cisneros y en la reunión de ayer comentaron que no quisieron "dar la batalla sobre la conveniencia o no de reformar la Constitución" en aras del consenso y se limitaron a señalar que el texto aprobado "establece la metodología de la reforma" cuando ésta se materialice. Peces Barba y Roca se permitieron una ironía: "Cuando hagáis la reforma, ¡avisadnos!".

Tampoco se opuso Miguel Herrero. Antes de UCD y ahora del PP, aunque marginado dentro del partido, Herrero ha planteado su comprensión con algunos planteamientos del PNV. En la reunión de ayer dijo que su actitud ante el texto ha sido "alejarse de la coyuntura política".

El texto aprobado es una reafirmación de la Constitución de 1978 y fue leído ordenadamente por cada uno de sus ponentes. A Cisneros le correspondió resaltar cómo el mérito de la ponencia constitucional de 1978 fue "acertar e interpretar los anhelos de paz y libertad" de los españoles y destacar, también, la "perduración" de la Carta Magna "frente a la efímera vigencia de tantos precedentes" constitucionales.

Fraga destacó el "papel insustituible de la institución monárquica" como "motor del cambio y garante de las instituciones". A Herrero le correspondió resaltar lo que es la "conciencia profunda moral" de la Carta Magna: el espíritu de reconciliación nacional; el afán de cancelar las tragedias históricas de "nuestro dramático pasado"; el propósito de transacción entre las posiciones encontradas y la búsqueda de espacios de encuentro.

Peces Barba destacó cómo la Constitución ha funcionado de acuerdo con sus previsiones institucionales, y cómo, sobre todo, ha permitido la alternancia de gobiernos de muy distinto signo. Pérez Llorca resaltó el fortalecimiento de los derechos individuales, las libertades civiles, el pluralismo legítimo y la modernización de España gracias a la Constitución. Y Roca destacó la "puesta en pie de una nueva planta de organización territorial, prácticamente inédita en nuestra historia".