Hallado muerto un periodista británico que falsificó un reportaje
Forlong engañó en su cobertura de la guerra
La guerra de Irak se ha cobrado otra víctima inesperada: James Forlong, periodista. En marzo estaba en un submarino británico, cubriendo el conflicto. En julio se supo que uno de sus reportajes para la cadena británica de televisión Sky News presentaba como real el lanzamiento de un misil cuando en realidad se trataba de un ensayo: de inmediato presentó su dimisión. El sábado, su mujer encontró su cuerpo sin vida.
Es el segundo presunto suicidio que llama a la reflexión en el Reino Unido en unos meses. El del profesor David Kelly provocó una tormenta política de la que aún no han caído las últimas lluvias. La muerte de Forlong no va a provocar polvareda. Sólo algunas reflexiones sobre la ética del periodismo en tiempos de guerra y los riesgos que esta profesión tiene en muchos sentidos.
James Forlong era un hombre muy curtido cuando Sky News le envió a cubrir la guerra, empotrado en el submarino nuclear Splendid. Era un experto en la familia real británica, pero, primero en ITN y luego con Sky, había estado en muchas guerras y viajado como enviado especial a Somalia, Siria, Líbano, Ruanda, Bosnia, Indonesia y Afganistán y había sido corresponsal en Suráfrica y Pekín.
Durante la guerra quiso enviar un reportaje sobre el lanzamiento de un misil de crucero. "Bajo las aguas del golfo Pérsico, el submarino nuclear HMS Splendid está en los momentos finales justo antes del lanzamiento de un misil crucero", arrancaba el reportaje. Pero semanas después, el equipo de la BBC con el que Sky compartía submarino desveló que el reportaje de James Forlong era falso. Ni el submarino estaba sumergido, ni estaba lanzando un misil, y quizá ni siquiera era el Golfo, porque la localización del buque era secreto militar. Las imágenes del misil surgiendo del agua eran de archivo, un mero ensayo. El resto, puro teatro: los soldados simularon que lanzaban el misil mientras el equipo de Sky les filmaba.
Pero en tiempos de guerra, los castigos son ejemplares. Sky abrió una investigación de inmediato que exculpó a la productora Lucy Chaytor y convirtió a James Forlong en el responsable único de la falsa historia. Lo que él mismo calificó de inmediato de "error de juicio", le costó la carrera primero y después la vida.
A las 2.30 del sábado, su esposa, Elaine, encontró su cadáver en la casa familiar de Hove, en East Sussex. "James estaba destrozado porque su carrera como periodista había volado por los aires", explica la viuda en una nota hecha pública ayer. Tanto ella como el joven Christopher, de 15 años y enfermo del síndrome de Down, y la pequeña Katie, de 12, se encuentran enormemente afectados. "La familia está devastada", confiesa Elaine. "James era un padre devoto y un amante esposo y le vamos a echar tremendamente de menos", añadió. "Echaba desesperadamente de menos su trabajo como corresponsal de televisión. Era un periodista premiado que se pasó 10 años viajando a los lugares más turbulentos del momento. Cuidaba muchísimo su trabajo", rememoraba ayer Elaine Forlong.
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