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La región registra en un año 120 demandas de asilo de gays y lesbianas

El Ministerio del Interior sólo ha concedido una de las peticiones solicitadas

Más de 80 países del mundo prohíben y castigan (en algunos casos con la muerte) las prácticas homosexuales. Con sus limitaciones, España puede ser un paraíso para gays, lesbianas y transexuales. Sólo en Madrid, el Centro de Información a homosexuales de la Comunidad ha tramitado en un año 120 solicitudes de asilo por homofobia. Según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), sólo una de ellas ha sido aceptada por Interior.

La cifra es una aproximación.Muchos refugiados desconocen que pueden intentar conseguir asilo si demuestran que han sido perseguidos por su orientación sexual, indica Estrella Pérez Galán, coordinadora territorial de CEAR Madrid.

Gays, lesbianas y transexuales se enfrentan a castigos que van desde un año de cárcel en Rumania, a la pena de muerte en países como Irán o Arabia Saudí. Y ello sin contar con la actuación de grupos armados o parapoliciales en países como Brasil o México, donde cada tres días la violencia homófoba se cobra una víctima. Fuentes de la CEAR calculan que sólo en 1996 había en todo el mundo 700 casos pendientes de personas homosexuales solicitando refugio para huir de la discriminación.

España -y concretamente Madrid- se ha convertido en los últimos años en un refugio para muchos de ellos, según han puesto de manifiesto conjuntamente el Programa de Información y Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid y la CEAR. Pero la llegada a España no resuelve el problema de los perseguidos. Las restrictivas leyes de inmigración actúan como un muro contra sus deseos de integración y libertad.

La Convención de Ginebra de 1951 estipula que una persona puede pedir el estatuto de refugiado cuando se encuentra perseguida por "raza, nacionalidad, opinión política, religión y pertenencia a un grupo social determinado". Henry Molano, abogado de la CEAR, opina que gays, lesbianas y transexuales entran "de pleno" en esta última categoría. Sin embargo, la falta de precisión de la definición "resulta ambigua", afirma Molano.

En este sentido, cada Gobierno puede elegir su propia interpretación, así que en España el Ministerio del Interior sólo ha concedido una solicitud de asilo en la historia legislativa, afirma el abogado Javier Carnero, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Es el caso de una lesbiana rusa mujer que sufrió el riesgo de ser internada por enfermedad mental en su país. Entre el resto de peticiones el porcentaje de admitidos es del 4,5%, de acuerdo con datos de la CEAR.

De las 120 peticiones reunidas por el Servicio de Información de la Comunidad, que gestiona el Colectivo de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM), ocho son susceptibles de llegar al trámite judicial, informa el director del programa, Manuel Ródenas. Sólo una ha conseguido la prueba de un estudio por la Oficina de Atención al Refugiado (OAR), la sección del Ministerio del Interior que investiga el caso durante dos años.

Países de origen

En sus países de origen, todos estos inmigrantes son víctimas de hostilidad debido a su orientación sexual, pero no siempre logran demostrar las agresiones. En Brasil, por ejemplo, bandas de jóvenes van por la calle torturando a los homosexuales y transexuales sin que la policía se interponga. Las víctimas muchas veces no se atreven a denunciarlo (a veces corren el riesgo de sufrir nuevas agresiones por parte de la policía), por lo que no son capaces de aportar en España ninguna prueba de que son perseguidos. Las víctimas tienen que presentar entonces otras alegaciones. Es el caso de Juan Gómez, el único admitido hasta ahora por la OAR. Este abogado ecuatoriano y su pareja fueron encarcelados, torturados y violados por un grupo paramilitar de su país, la Legión Blanca y Limpieza Social. Su caso ha sido aceptado porque puede presentar pruebas de que es un perseguido político que está amenazado de muerte en su país. Al cabo de su investigación, el OAR podrá decidir si el ecuatoriano satisface los requisitos para acceder al estatuto de refugiado.

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