Rajoy da la "bienvenida" a Zapatero por su "nueva" posición sobre déficit e impuestos
El líder del PP duda de que el PSOE defienda la estabilidad económica "más de media hora"
"Espero que no moleste a nadie si doy la bienvenida al PSOE por sumarse a los planteamientos [económicos] que llevamos defendiendo desde 1996, si es que son capaces de mantenerlos, porque aquí cada media hora se nos dice una cosa distinta". Con esta declaración respondió ayer Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, al compromiso de su homólogo en el PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de "no elevar la presión fiscal" si llega al Gobierno y a "tener como objetivo la estabilidad presupuestaria", es decir, el déficit cero. Rajoy le reclamó que, para dar "algo de credibilidad" a esa "nueva" posición, "retire ya el recurso ante el Constitucional" contra la ley de déficit cero.
"Después de las pancartas, después de los recursos contra la ley de estabilidad presupuestaria y de déficit cero ante el Tribunal Constitucional, y después de las alianzas que hemos visto en estos últimos meses, parece que al final nuestras políticas no eran tan malas. Es más, ahora resulta que es lo que España necesita: lo que llevamos aplicando desde hace ocho años", se mofó Mariano Rajoy en la clausura de unas jornadas organizadas por su partido para exponer las bondades del proyecto de presupuestos para 2004.
Rajoy reclamó a Zapatero que diga "dónde están las críticas que hacía a la estabilidad presupuestaria, dónde las críticas al pacto de estabilidad y de crecimiento de la UE y dónde las críticas a las rebajas de impuestos". Y se preguntó: "¿Cuándo se equivocaban, antes, ahora, o las dos veces a la vez?". No olvidó responderse: "Cuando hay que estudiarlo todo en dos sesiones y cuando no se sabe lo que se quiere, pues ningún viento es favorable. No sabemos cuándo se volverá a cambiar de criterio, en qué momento de los próximos meses".
Cambio de criterio
Rajoy concluyó que, "al final, aunque se vaya cambiando de criterio constantemente, la gente no sabe a qué atenerse y a uno acaban por no tomarlo en serio". Y sugirió dos medidas a Zapatero para "demostrar la verdad de lo que se dice": que el PSOE anuncie "de manera inmediata" la retirada del recurso contra la ley de estabilidad presupuestaria y, "también de manera inmediata", que las autonomías en las que gobiernan los socialistas aprueben la supresión del impuesto de sucesiones, una iniciativa que, como enmienda a los presupuestos autonómicos, defenderá el PP en las comunidades donde no gobierna.
Al final, según Rajoy, todo es "un problema de credibilidad". Bromeó de nuevo con las "dos tardes" que el responsable de economía de la dirección socialista, Jordi Sevilla, pronosticó que Zapatero podría necesitar para controlar algunos detalles técnicos del lenguaje económico. "La credibilidad que ha ganado España ha costado muchísimo conseguirla, no es un problema de dos tardes. Ha costado mucho, pero puede también perderse", afirmó el líder popular.
Pero Rajoy también tuvo ayer un lapsus. Estaba explicando que el déficit público lleva a aumentar la deuda y que el dinero que se dedica a pagar los intereses de la deuda no puede financiar otras cosas. Entonces dijo: "Este año vamos a dedicar a pagar deudas 100.000 millones de pesetas más que el pasado y que se pueden dedicar a otras cosas". Sus colaboradores aclararon que lo que "había dicho" es que habrá 100.000 millones de pesetas más para dedicar a otras cosas gracias al menor peso de la deuda que permite la política de ajuste presupuestario.
Más allá de los lapsus y de las "dos tardes", Rajoy enfatizó que en los 14 años de gobiernos socialistas no sólo no había estabilidad presupuestaria, sino que los objetivos de déficit nunca se cumplían. "Durante demasiado tiempo los españoles vieron que la elaboración de los presupuestos se convertía en un mero trámite. Algo que más allá de obligar nacía con la voluntad de ser incumplido". Pero desde que gobierna el PP, según su candidato, "se trata de cumplir lo que se promete, porque se promete lo que se puede cumplir".
Rajoy defendió los presupuestos con déficit cero como un valor en sí mismo: "Son un mensaje claro de que en la economía española se puede seguir confiando. Apuesta por una política económica firme y sin sobresaltos. Una política que crea un marco de confianza para que sea la sociedad el verdadero marco de oportunidades". Ello es así porque "el PP tiene muy claro que la mejor contribución de la política económica a la prosperidad es proporcionar a los agentes económicos un entorno de certidumbre y de reglas claras: de reglas que permanezcan estables a lo largo del tiempo".
El líder del PP concluyó incluso que "éstos son los primeros presupuestos del pleno empleo". Afirmó que ése será su "objetivo primordial" si llega al Gobierno, pues "alcanzar el pleno empleo es posible en esta década". Y aprovechó para hacer una declaración de principios: "Mientras en España haya un solo desempleado, el PP tendrá, al menos, un problema".
El fin de las jornadas quedó claro con la frase con la que Rajoy cerró la sesión: recordó a los suyos que en marzo hay elecciones y que él quiere ganarlas.
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