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Un guardia civil mata de un disparo a un porteador marroquí en la frontera de Ceuta

Un grupo de magrebíes intentaba entrar en España y lanzó piedras con honda a los agentes

Un porteador marroquí de 48 años murió ayer en el perímetro fronterizo que separa Ceuta de Marruecos tras recibir un disparo en la boca por parte de un guardia civil. Los hechos ocurrieron en la zona de Oued Dayua (Río Seco), a 3,5 kilómetros al norte de la aduana de Tarajal (único paso tolerado entre ambos países), cuando dos agentes fueron recibidos con una andanada de piedras por un grupo de porteadores que intentaba colarse en España. Según la Delegación del Gobierno, la muerte se produjo por un disparo "accidental" dentro de la franja de terreno neutral que separa las dos fronteras.

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El incidente se produjo a las 13.45 de ayer, cuando un grupo de porteadores, que estaría compuesto por entre 30 y 40 personas, fue sorprendido por una patrulla forzando las rejas de la zona 19 para entrar clandestinamente en la ciudad autónoma. Ese punto es muy escarpado y hay varios cauces secos de arroyos, tapados con verjas, que los porteadores o matuteros (entran con las manos vacías en España y llevan productos de Ceuta a Marruecos) utilizan habitualmente para colarse en el territorio de la ciudad autónoma.

La pareja de la Guardia Civil (institución que hoy celebraba los actos oficiales de su patrona) estaba compuesta por un agente veterano y otro recién salido de la academia y había acudido a la zona a intentar impedir la entrada. Entonces, los marroquíes comenzaron a arrojar piedras con honda contra los dos agentes, uno de ellos en prácticas e incorporado al servicio el día anterior. Los funcionarios respondieron con material antidisturbios (botes de humo y pelotas de goma) para repeler la agresión.

A pesar de ello y "debido a la reacción violenta del grupo", según la versión oficial, los guardias no pudieron contener el aluvión de piedras que se les vino encima y, tras haber agotado todas las municiones de fogueo y el material antidisturbios, decidieron retroceder para protegerse del ataque y separarse tanto para buscar refugio como para pedir refuerzos por radio.

"De manera fortuita"

Según versión facilitada por la Delegación del Gobierno en Ceuta, el guardia más veterano, identificado por las iniciales J. G, de 35 años, desenfundó su arma reglamentaria e hizo un disparo intimidatorio al aire, aunque "al cambiar de posición y dado lo escarpado del terreno, tropezó" en su desplazamiento hacia atrás, "provocando otro disparo, que lamentablemente alcanzó, de manera fortuita, a uno de los porteadores, que se hallaba a unos 60 metros lanzando piedras, provocándole la muerte".

El marroquí fallecido, ex miembro del Ejército, recibió un disparo en la boca, según las fuentes consultadas, y fue conducido por los otros porteadores hacia el interior de Marruecos. Según fuentes del Gobierno Civil de Tetuán, el porteador, llamado Mustafá Lahrach, de 48 años y padre de seis hijos, falleció "en suelo marroquí". Sin embargo, la Delegación del Gobierno en Ceuta informó de que la muerte se produjo en "terreno neutral". Fuentes del Ministerio del Interior explicaron que el incidente "ocurrió en la zona del perímetro, por lo que no se trata de un incidente diplomático".

Los dos agentes fueron conducidos a la Comandancia de la Guardia Civil, donde estaban siendo interrogados al cierre de esta edición. El instituto armado ha abierto un expediente informativo al guardia que disparó, quien previsiblemente hoy declarará ante el juez de guardia. El lugar de los hechos fue visitado por el gobernador de Tetuán, agentes de la Guardia Civil y de la Gendarmería marroquí.

Éste es el incidente más grave ocurrido en el perímetro fronterizo de Ceuta desde que se terminara las obras de impermeabilización, que han costado 60 millones de euros. El doble vallado del perímetro fronterizo no ha impedido que a lo largo del año pasado la Guardia Civil registrase más de 900 intentos de romper el blindaje. A pesar de que la Delegación del Gobierno ha reducido esa cifra a la mitad, lo cierto es que las propias autoridades han contabilizado en los últimos nueve meses 230 apedreamientos, que se han saldado con 24 guardias heridos y 46 vehículos dañados.

El último incidente grave antes del de ayer se había producido a principios de julio pasado, cuando un miembro de la Guardia Civil que prestaba servicio en el puesto de Tarajal fue expedientado después de que disparara su arma contra varios porteadores marroquíes que intentaban llegar a Ceuta por la playa. Un equipo de Tele 5 filmó toda la escena y la emitió en su informativo de las tres de la tarde. Al guardia se le abrió un expediente informativo. Poco antes, otro porteador había perdido un ojo como consecuencia de un pelotazo de goma.

En Ceuta trabajan alrededor de 500 agentes, de los cuales unos 200 están destinados en el perímetro y el puerto. La dotación se ve periódicamente reforzada por funcionarios de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS) de diferentes comunidades autónomas, aunque fundamentalmente de Andalucía y Madrid.

Los agentes suelen quejarse de sus difíciles condiciones de trabajo, especialmente de aquéllos que se encargan de custodiar los 8,2 kilómetros del perímetro. El verano pasado, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) indicó que este año más de 70 agentes de los adscritos a la 410 Comandancia de Ceuta habían solicitado a sus mandos un traslado a la Península debido a la dureza del servicio y las continuas agresiones.

La AUGC subraya que la mayoría de los que han pedido un cambio de destino en los seis últimos meses lo ha hecho porque el turno en la frontera, de ocho horas diarias, es "estresante e insorportable", debido fundamentalmente a los continuos intentos de penetración, a los apedreamientos y la falta de colaboración de los mehanis, los gendarmes marroquíes. La asociación afirma que a los funcionarios no se les releva ni 20 minutos para descansar o desayunar. "Están sometidos a una presión fuera de lo normal", destaca la AUGC, que subraya que dicha presión no la compensan los pluses que los funcionarios cobran por trabajar en la ciudad autónoma.

Imagen del perímetro fronterizo de Ceuta, con la doble valla y la carretera interior. A la izquierda, la zona española.
Imagen del perímetro fronterizo de Ceuta, con la doble valla y la carretera interior. A la izquierda, la zona española.AP

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