Miami Vice
Es la continuación, ocho años después, de las correrías de dos policías pasados de rosca. En un Miami en el que campa la droga, deben enfrentarse con un hampón, Jordi Mollà, tan pasado de rosca como en Blow, donde hacía un papel similar. Dura más de dos horas, porque hay que amortizar la cantidad de coches que se revientan. Y se permite lanzar un mensaje político anticastrista, no tan insólito como parece en este tipo de ejercicios de acción a todo trapo (¿recuerdan que los malos eran blancos surafricanos en alguna de las partes de Arma letal?).
Quinta comparecencia tras las cámaras de Michael Bay bajo contrato del productor Jerry Bruckheimer -suyas son la primera parte de este mismo asunto, Armagedón y Pearl Harbour-, la película presenta los derrames de testosterona que el lector puede imaginar, la dosis de destrucciones sin las cuales este tipo de productos no existiría; un machismo de libro y unos diálogos penosos. Pero también un cuidadoso dominio técnico de la narración, una acción trepidante y el acostumbrado nivel de inverosimilitud de la trama.
DOS POLICÍAS REBELDES II
Dirección: Michael Bay. Intérpretes: Will Smith, Martin Lawrence, Jordi Mollà, Gabrielle Union, Peter Stormare, Theresa Randle. Género: criminal, EE UU, 2003. Duración: 130 minutos.