La justicia británica reabre el 'caso Calvi'
La policía británica anunció ayer que ha reabierto el caso de la muerte del financiero italiano Roberto Calvi, que apareció ahorcado en Londres en junio de 1982,
colgado en el puente de Blackfriars, sobre el río Támesis, en el sur de Londres.
El cadáver de Calvi, quien era presidente del Banco Ambrosiano, llevaba en sus bosillos piedras y 15.000 dólares.
En su momento, un juez británico dictaminó que Calvi, conocido como el banquero de Dios por sus vinculaciones con el Vaticano, se suicidó, pero el pasado mes de abril la policía italiana aseguró que fue asesinado por la Mafia y formuló cargos contra cuatro sospechosos. Trevor Smith, detective superintendente de policía de la City, el centro financiero de la capital británica, ha reabierto el caso a petición del juez Luca Tescaroli, que se encarga en Roma del proceso.
La decisión de esta reapertura se ha tomado "porque, por un lado, estamos revisando el caso y, por otro, estamos trabajando de forma muy estrecha con nuestros colegas en Italia", explicó un portavoz policial. "Puedo confirmar que estamos investigando de forma activa las circunstancias que rodearon a la muerte del señor Calvi en 1982", afirmó el citado portavoz. Por otra parte, el hijo de Roberto Calvi adelantó a la cadena británica BBC que viajará a Londres para ayudar a la policía con el caso.
Calvi, de 62 años, huyó al Reino Unido tras la quiebra del Banco Ambrosiano de Milán, el mayor banco italiano en aquel momento, que fue colocado en liquidación forzosa un día antes del descubrimiento del cadáver de su presidente. Tras la muerte del banquero, millones de liras desaparecieron de las cuentas del Ambrosiano, que mantenía estrechos lazos con el banco del Vaticano, el Instituto de Obras Religiosas.
El Vaticano negó cualquier responsabilidad en la bancarrota del Ambrosiano, si bien admitió su "implicación moral" y decidió pagar 241 millones de dólares a los acreedores de la entidad.
La fiscalía italiana sostiene que el fallecido banquero fue asesinado por los sicarios de la Cosa Nostra, la Mafia siciliana, y la Camorra, el movimiento del crimen organizado instalado en Nápoles, en el sur del país.
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