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Reportaje:

Escalar para vivir

Los hermanos Pou, los primeros profesionales en su modalidad, ultiman un nuevo hito en el Naranjo

Iker y Eneko Pou viven para escalar y, algo que sólo ellos pueden decir en toda España, escalan para vivir. Son los primeros escaladores profesionales. Han abierto un camino tan virgen como las vías que están acostumbrados a estrenar en roca. No han parado hasta conseguirlo. Iker, de 26 años, el genio, y su hermano Eneko, de 29 años, el complemento, han tenido que acreditar antes que están a la altura de los mejores.

Iker es una de las tres personas que han completado Acción Directa, una de las vías más difíciles del mundo, situada en la región de Frankejura, en Alemania. Más de un año necesitó para lograrlo, durante días festivos y las vacaciones que le permitía su trabajo como monitor en los rocódromos municipales de Vitoria. Su ambición era centrarse en exclusiva a los grandes retos. Juntos, los dos hermanos se han fijado un objetivo que nadie antes se había planteado. Siete paredes para siete continentes lo han llamado, una versión de lo que en alta montaña suponen las cumbres más altas de cada continente. Una serie de patrocinadores (Caja Laboral, Euskaltel, el Ayuntamiento de Vitoria y El Correo) han creído en ellos y les han permitido dejarlo todo para dedicarse sólo a esa misión.

"Somos un rompeiceberg", se presenta Eneko Pou. "Profesionales hemos sido siempre, pero hemos conseguido hacer de esto un modo de vida. Hoy sí vivimos de esto, aunque tal vez en dos años ya no. Podemos sentirnos privilegiados, eso sí, lo hemos conseguido después de muchísimo trabajo, entrenándonos seis o siete días a la semana, sin tener a un entrenador detrás ni ganar un duro". Los hermanos vitorianos aseguran que "no hay mucha gente dispuesta a meterse en estos niveles" de exigencia dentro de la escalada. "Tenemos un alto grado de estrés. Es muy sacrificado", aclara Eneko.

Dentro de su reto de siete grandes paredes, ya han conseguido la primera, el Capitán, 850 metros de escalada en Yosemite (EE UU). Ahora están embarcados en la segunda, una vía bautizada como Zunbeltz, en el Naranjo, y que nadie ha subido en escalada libre. Este fin de semana han regresado a Asturias para intentar el asalto final, sin más ayuda que sus pies y manos.

Desde agosto, han estado allí en dos ocasiones, preparando la vía. Primero, comprobando que los 500 metros de subida se pueden ejecutar sin métodos artificiales. Ya han completado la mitad del recorrido. Ahora quieren partir desde abajo y llegar "de tirón" hasta la cima. Hace unos meses ya ascendió Iker una vía vecina, el Pilar Cantábrico, en compañía de Josune Bereziartu, emitido hace una semana por Al filo de lo imposible.

¿Cuál es más complicado, el Capitán o Zunbeltz? "En cuanto a grados de dificultad son parecidos, pero en logística es más complicado el de Yosemite. Aquí, el peso se mueve con más facilidad, pero tiene unos seguros viejísimos y con el tiempo puede llegar a ser una vía revolucionaria. Aquella era sobre granito. Ésta es piedra caliza. Los dos son de envergadura", explica Eneko.

Los hermanos Pou ahora sólo piensan en rematar el trabajo de más de un mes y disfrutar de él. Luego ya vendrá la preparación de la tercera pared de la colección de siete. De momento nadie, ni siquiera ellos, conocen cuál será. Por un lado, lo prefieren así para no presionarse. Por otro, se evitan de esa manera cualquier intento de espionaje deportivo y que otro montañero copie su idea y se les adelante.

Oficio de hermanos

Iker y Eneko Pou siempre han progresado poco a poco, con unos mandamientos claros: buscando la novedad, la dificultad y sin ayuda artificial; únicamente los seguros para evitar caídas.

Ellos no son los únicos hermanos que destacan en el mundo de la escalada. Thomas y Alex Huber, alemanes, también han marcado un camino que muchos intentan seguir, aunque no todos pueden. "Se han marcado un camino claro, siempre con proyectos de mucho nivel", señalan los Pou.

Sin embargo, dicen que "no hay que ir tan lejos" para encontrar otros escaladores en los que ellos se fijan. "Aquí, hemos crecido al lado de los mayores que nosotros", indica Eneko. Habla de Juanito Oiarzabal, con quien compartió expedición al Annapurna. O de sus "amigos", como Juan Vallejo y sus acompañantes de escalada en el País Vasco. "Al final, tu referente es tu compañero", dice.

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