El director del Zinemaldia hace un balance positivo pese a los 'inconvenientes'
La última edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, clausurado el pasado sábado con gritos de desaprobación al jurado oficial por conceder la Concha de Oro a la película Shussangst, ha dejado un poso de "satisfacción" a su director, Mikel Olaciregui, para quien el certamen ha logrado sobreponerse felizmente a los "grandes inconvenientes", como la ausencia del actor Chazz Palminteri y la huelga del hotel María Cristina.
Olaciregui no se atreve a emplear los calificativos "irrepetible" e "histórico", como hizo el año pasado tras el cierre de la bodas de oro del certamen donostiarra. Sin embargo, la última edición le ha dejado resabios más dulces que amargos: "Las películas, en general, han sido bien recibidas por el público; las salas se han llenado todos los días; el comercio cinematográfico no ha cesado; ha habido mucho glamour...". Olaciregui concluye sin dudarlo: "El festival ha sabido superar los grandes inconvenientes que se le han presentado este año".
El director del certamen se refiere a la baja de última hora del neoyorkino Chazz Palminteri (iba a presidir el jurado de la Sección Oficial) y a la huelga seguida por los trabajadores del hotel María Cristina, sede central del festival. "El año 2001 sufrimos los efectos del 11-S y el año pasado fue extraordinario por cumplirse el 50º aniversario. Yo pensaba que este año llegaba la normalidad al festival, pero parece que estamos condenados a adaptarnos a los imprevistos", afirma Olaciregui. A su juicio, la organización del certamen ha conseguido superar estos contratiempos, aunque "es evidente que el hotel [María Cristina] no ha podido ser ese punto de encuentro y hervidero de personas que distingue a nuestro festival". No obstante, Olaciregui resalta "la gran dosis de comprensión que han demostrado los invitados, que habiendo sufrido las incomidades de la huelga, han aceptado que es un conflicto ajeno al festival".
Respecto a la falta de consenso entre el fallo del jurado y la opinión general de la crítica sobre la concesión de la Concha de Oro a la película Schussangst, del director georgiano Dito Tintsadze, Olaciregui sostiene que "las 16 películas en competición eran susceptibles de llevarse el primer premio. Cuando me lo comunicaron yo solamente les dije: 'Está bien". Pese a ello, reconoce que "me hubiera gustado un mayor grado de coincidencia, esa especie de happy end que deja a todos contentos. Pero no siempre es posible".
El Festival de Cine de San Sebastián ha conseguido, apunta su director, "superar la afluencia de público" a las salas de cine. "Aunque parezca mentira, el público ha vuelto a confiar en nuestra propuesta. Esto es especialmente destacable porque el número de películas ha descendido". Hace un año se proyectaron 200 filmes, frente a los 160 que se han pasado en esta edición. Olaciregui subraya, por último, el "goteo continuo" de grandes estrellas como Wahlberg, Theron, Penn, Huppert, Duvall y Costner.
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