El año universitario arranca con el reto de la adaptación al espacio educativo europeo

El presidente de la Junta, Manuel Chaves, inauguró ayer en Granada el curso 2003-2004 de las universidades andaluzas. Al solemne acto acudieron los rectores de las todas las universidades públicas andaluzas (una por provincia, la sevillana Pablo de Olavide y la Universidad Internacional de Andalucía). Las aulas universitarias recibirán este curso recién inaugurado a 250.203 alumnos, lo que supone un ligerísimo aumento de estudiantes (116) con respecto al curso pasado.

En el acto de apertura quedó de manifiesto cuáles son los retos para este año: aprobar la Ley Andaluza de Universidades y comenzar el proceso de adaptación de la universidad andaluza al próximo Espacio Europeo de Educación Superior.

Chaves recordó cuál es la aspiración del sistema universitario andaluz: conseguir una docencia de calidad y desarrollar una excelente labor investigadora. Por su parte, la consejera de Educación, Cándida Martínez, destacó que el curso universitario ha comenzado también con los primeros pasos de la Ley Andaluza de Universidades, cuyo tramitación parlamentaria se inició el miércoles.

A partir de ahí, Martínez piensa que este curso debe ser el que se comience el diseño de un nuevo Plan Andaluz de Investigación que permita ampliar el número de investigadores de las universidades a partir tanto de un aumento de las becas y contratos de investigación como con el impulso del retorno de investigadores andaluces que actualmente trabajan en el extranjero.

Pero, sin lugar a dudas, el esfuerzo que implicará la mayor parte de energías de todos los estamentos universitarios en los próximos años será la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior. Entre los objetivos principales de este espacio único están los de conseguir una movilidad sin dificultades entre alumnos, profesores e investigadores así como conseguir la convalidación casi automática de las titulaciones de los países adheridos. Pero antes de lograr la convergencia en el año 2010 en un espacio único universitario que permita esos objetivos, las universidades andaluzas tendrán que volver a pasar por un proceso que apenas acababa de terminar: todas las licenciaturas volverán a ver cómo se modifica su duración y sus contenidos.

Ese proceso de convergencia comienza este curso con las primeras experiencias piloto. En los próximos seis cursos habrá que modificar todo lo que se necesario para que, por ejemplo, un estudiante de medicina en Granada y otro de cualquier facultad finlandesa, por ejemplo, obtengan un título totalmente equivalente y que los habilite para trabajar indistintamente en España o Finlandia.

Eso supondrá poner patas arriba todo el sistema actual de créditos, titulaciones y ciclos universitarios. El presidente de la Junta reconoció que "el desarrollo del Espacio europeo de Educación Superior tiene una importancia capital" y que la creación de ese espacio implicaba una reorganización "conceptual de los sistemas educativos para adaptarse a los nuevos modelos de formación centrados en el trabajo del alumno".

Ése es precisamente el comienzo práctico del proceso de convergencia educativa universitaria. Las carreras estaban basadas hasta ahora en un determinado número de créditos a la española; el valor de un crédito se fijó en 10 horas de asistencia a clase, teórica o práctica. El nuevo crédito europeo tiene una dimensión radicalmente diferente y es la base del sistema en cuanto homologa toda la enseñanza universitaria europea. Todas las carreras deberán tener, desde el 2010, entre 180 y 240 créditos europeos. Estos créditos, denominados ECTS (European Credit Transfer System) equivale a unas 25 o 30 horas de trabajo del alumno, en el que están incluidas no sólo las horas de clase, sino las de prácticas y las de estudio, entre otros parámetros. Cada año académico debe tener una duración de 60 eurocréditos y las carreras serán de 3 ó 4 años.