El obrero modelo
Beckham llegó al Madrid con el aura de estrella de la moda y se revela como un jugador sacrificado
"¡Beckham es el que más corre!", decía un jugador del Madrid después de la gira por Asia. Estaba perplejo: "A este paso, se va a cansar de correr por los demás". Los últimos estudios del club le han dado la razón: es el que más kilómetros hace por partido.
Después de cuatro jornadas de la Liga, los rivales y la afición van contrastado los prejuicios con la producción real de Beckham como futbolista. De pronto, el estadio Bernabéu observa admirado que el jugador que con el Manchester United defendía poco y corría de vez en cuando, siempre escorado a la banda, ejerce en el Madrid de capitán general. Organiza, sube y baja en el ataque y la defensa, va al suelo, hace exhibiciones de gran resistencia física y sabe administrar el esfuerzo. Cuando se retira al vestuario, lo suele hacer con la camiseta cubierta de barro y manchas verdes.
Capi: "Quiere demostrar a la gente que no es sólo 'marketing". Xavi: "Es muy disciplinado"
Beckham, que llegó con el aura de estrella refinada de la moda, parece un obrero. Adversarios y compañeros opinan que se trata de una maniobra bien pensada: el inglés sabe que la hinchada le valorará más por su capacidad de sacrificio que por su toque de balón. Su entrenador, Carlos Queiroz, disiente: "Es un corredor nato, un luchador".
Queiroz conoce al jugador porque la temporada pasada trabajó como ayudante de campo de Alex Ferguson en el Manchester. "Allí era igual", afirma con aire meditabundo.Las pruebas físicas que le hicieron en China, durante la pretemporada, denotaron una capacidad aeróbica sobresaliente. Junto con Figo, Makelele y McManaman, destacó por su ritmo de carrera y, sobre todo, por sus grandes condiciones cardiovasculares. No posee mucha fuerza explosiva, al contrario que Ronaldo, pero le basta con un minuto para recobrar las pulsaciones (a 50 o 60) tras el esfuerzo intenso, en carrera o en un partidillo. Esta cualidad le ayuda a rendir en un juego de esfuerzos extremos e intermitentes como el fútbol. Además, los médicos advirtieron que tiene otra facultad propia de los jugadores ingleses: "Se queja poco".
Sus compañeros y los rivales que hasta ahora se han enfrentado a él opinan mayoritariamente que Beckham se desgasta ahora más que antes. Sea porque, como dice uno, "quiere agradar", sea porque sabe que su carrera depende del éxito que tenga como medio centro en el Madrid o porque quiere reivindicarse como antítesis del modelo de Dolce y Gabbana, la ropa italiana que promociona, haciendo alarde de virilidad y de industria.
"Aparte del golpeo del balón, sabe pegar la patada cuando la tiene que pegar", dice Capi, media punta del Betis. "Se le ve esforzado"; precisa tras haber jugado contra él, en Chamartín, en su debú en la Liga; "quizá quiere demostrarle a la gente que no es un futbolista de marketing".
Xavi, medio centro del Barcelona, opina que siempre le consideró laborioso, según informa Luis Martín. "Siempre vi que tenía capacidad de trabajo", dice; "es muy disciplinado tácticamente. Ahora y antes. Lo que pasa es que el tema mediático no le beneficia en nada porque esconde lo buen jugador que es". Dicho esto, concluye: "En cuanto al golpeo, Beckham la pone donde quiere. Pero me gustaba más Koeman. Sus disparos iban más fuertes y directos".
Arruabarrena aprecia su "sentido táctico". El lateral del Villarreal explica: "Es difícil jugar en el medio en un equipo como el Madrid y él sabe lo que tiene que hacer en cada fase. Es un jugador simple, no se complica y juega a uno dos toques. Es bueno, pero no es diferente. Zidane, Roberto Carlos o Ronaldo sí lo son".
Consciente de que ciertas diferencias técnicas lo distancian de muchos de sus compañeros, Beckham procura amoldarse a la mecánica del Madrid aportando lo que los demás no tienen. Para eso aprovecha su resistencia física, propia de un mediofondista.
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