De otro tiempo

Virtual remake de una olvidada película de José Antonio Nieves Conde, Los peces rojos (1955), Hotel Danubio plantea, ante todo, varias incógnitas. Una, el por qué de adaptar, aquí y ahora, una trama criminal que, aunque en su momento la firmara el espléndido Carlos Blanco, no deja por ello de adolecer de un final absurdamente moralista que desdice, además, el resto de la trama, marcada por un aire de curiosa amoralidad.

Otra, por qué Giménez-Rico, a quien nadie le puede negar su proclividad para el tratamiento de la historia, pero también su impericia para hacerlo, se empeña en rodar como si, desde el punto de vista de la escritura cinematográfica, nada hubiera ocurrido en 50 años. Y otra, en fin, el saber quién ha podido apoyar con su voto un filme tan absurdamente añejo para que compita por la nominación al Oscar a la mejor película en habla no inglesa. Aunque, en este caso, todo se ha de decir, nada hay que achacarle al director, sino a la miopía de una profesión sencillamente timorata.