Los riesgos del nuevo maniqueísmo
La doctrina fundamental del maniqueísmo se basa en una división dualista del universo, en la lucha entre el bien y el mal: el ámbito de la luz (espíritu) está gobernado por Dios y el de la oscuridad (problemas) por Satán. Hace dos años, luego de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el presidente norteamericano, George W. Bush planteó que "la humanidad se enfrenta a una nueva guerra entre el Bien y el Mal".
Sin embargo, aún no queda muy claro quién es quién. Estrellar dos aviones contra miles de personas traspuso las fronteras de la lógica y, sin embargo, también son miles los niños que murieron, mueren y morirán de hambre en un mundo donde el 60% de la humanidad vive con menos de dos dólares por día.
En la Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada por unanimidad en diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas se proclamaron los derechos personales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del hombre.
Es imposible el disfrute de tales derechos sin la provisión de los medios necesarios para el pleno desarrollo de la personalidad individual, familiar y social. De esta manera, en un justo equilibrio, puede generarse una progresiva evolución de la calidad de vida, traducible en un derecho al trabajo, a una vivienda digna, al disfrute del medio ambiente, a la cultura y la educación, entre otros.
¿Existe un justo equilibrio en los países que integran el "Eje del Mal"? ¿Los representantes del supuesto Bien no deberían encarcelar a los responsables de los atentados, en lugar de transformarse en un Mal aún mayor y más peligroso atacando e invadiendo a gente inocente? A fin de cuentas, justicia y venganza no son sinónimos. Un mundo injusto e insensible servirá a los terroristas como pantalla para seguir matando indiscriminadamente. La mejor forma de detener una escalada de odio y violencia es mejorar las condiciones de los menos favorecidos y no dejarse llevar por la ira irracional en la respuesta a la agresión salvaje de unos asesinos.
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