"Hoy sería muy difícil un proceso electoral en Afganistán"
El representante de la Unión Europea en Afganistán, Francesc Vendrell, es cautamente optimista sobre el proceso político de reconstrucción de este país, aunque lamenta que las potencias occidentales, tanto las fuerzas de la coalición encabezada por Estados Unidos como las de los países que forman la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad (ISAF), no se involucren más en garantizar la seguridad del país y desmilitarizar a los señores de la guerra. A Vendrell no se le escapan los grandes condicionantes geopolíticos que basculan sobre el país. "El gran juego continúa", reconoce, refiriéndose al conflicto que enfrentó a la Rusia Imperial y al Imperio Británico en la segunda mitad del XIX.
Pregunta. Según lo establecido en el Proceso de Bonn, la reconstrucción política de Afganistán debería cerrarse con la convocatoria de elecciones en junio de 2004. ¿Se está cumpliendo el calendario?
Respuesta. Contrariamente al caso de Irak, creo que es posible tener éxito en Afganistán si la comunidad internacional se compromete más en los temas de seguridad. Pero en la situación actual sería muy difícil llevar a cabo un proceso electoral. Hay que acoplar el calendario a un incremento de las medidas de seguridad. Hay que crear una policía nacional antes de las elecciones y conseguir una participación más activa tanto de las fuerzas de la coalición como de la ISAF.
P. ¿Qué condiciones son indispensables?
R. Para sacar adelante este proceso hay que reformar primero el Ministerio de Defensa, que debe convertirse en una institución nacional y no controlada por una facción, como sucede ahora. Y otro tanto debe suceder con el departamento de Seguridad Interior, los servicios de inteligencia, también en manos de los panshiris del fallecido Masud. Es necesario que los ministerios sean multiétnicos y políticamente equilibrados para avanzar en el proceso político. La desmovilización y la desmilitarización del país no se va a conseguir mientras sean los señores de la guerra quienes controlen todo el Ministerio de Defensa. Esto requiere una actuación más enérgica de las fuerzas de seguridad aliadas y de la ISAF, empezando por la desmilitarización de Kabul, que ya estaba prevista en los acuerdos de Bonn y que todavía no se ha conseguido.
P. ¿Existe ya un borrador de Constitución?
R. El proceso de elaboración de una Constitución no ha sido lo suficientemente abierto como para tomar en cuenta la opinión del pueblo afgano, ni tampoco lo ha redactado una comisión técnica de juristas que hagan posible un texto constitucional con cierta coherencia. Quedan dos meses de plazo que esperamos que puedan servir para algo.
P. ¿Tiene algo que ver el elemento islámico en estos problemas?
R. No. Hay países musulmanes con constituciones democráticas que funcionan bien: Bangladesh, Malaisia e incluso Indonesia. El islam no es ningún inconveniente. El peligro es que hay grupos que quieren utilizar la cuestión religiosa para hacerse con el poder.
P. Estos últimos meses ha aumentado el goteo de incidentes, especialmente en las áreas pastunes. ¿A qué se debe?
R. En el área pastún el problema es que, por un lado, varios de los gobernadores y jefes de policía locales están relacionados con la Alianza del Norte, formada por tayikos y uzbekos, y por ello no son aceptados por la población. Esto facilita la labor de la infiltración de los talibanes que se presentan como defensores de los pastunes.
P. ¿Cree que Bin Laden y miembros de Al Qaeda están en la zona fronteriza con Pakistán? ¿Controla Islamabad la zona?
R. Sí, los indicios parecen apuntar a que Bin Laden y el mulá Omar están en esa zona tribal de la frontera entre Pakistán y Afganistán. A Islamabad le preocupa mucho quedar emparedada entre India y un Gobierno antipaquistaní en Afganistán, lo que tal vez puede llevar a que no actúe con suficiente energía cuando se trata de impedir infiltraciones de los talibanes y de Al Queda.
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