Primera cámara digital compacta con ocho megapíxeles

La fotografía digital parece no tener límites. Y buena muestra de ello es el avance tan rápido que se está produciendo en los sensores, CCD y CMOS, el corazón de cualquier cámara digital.

Lo que parecía un techo más que razonable de 5 o 6 millones de píxeles en una cámara compacta ya se ha quedado corto. La japonesa Sony acaba de presentar un nuevo modelo Cyber-shot, la DSC-F828, la de más alta gama de cuantas fabrica, con muchas novedades: un sensor CCD de 7,9 megapíxeles efectivos (3.264 por 2.448 píxeles), óptica Zeiss de siete aumentos y, además de la tradicional tarjeta MemoryStick de Sony, lleva una segunda ranura para tarjetas CompactFlash.

Filtro de cuatro colores

Lo más novedoso es la incorporación, por primera vez, de un sensor CCD de 2/3 de pulgada, con un filtro de cuatro colores, RGBE, los tres tradicionales RGB (rojo, verde y azul) y uno esmeralda al que Sony llama Super HAD CCD.

Hasta ahora, cada elemento fotosensible del sensor, los píxeles, estaba recubierto por un filtro de color, RGB, repartido entre el 25% de rojos, el 25% de azules y el 50% de verdes, ya que el ojo humano es más sensible al verde que a los otros dos colores.

El nuevo filtro incorpora un cuarto color llamado esmeralda, que permite capturar imágenes con una reproducción del color similar a la alcanzada por el ojo humano. Su disposición es del 25% del sensor a costa de la mitad de los verdes, con lo que todos los colores tienen las mismas proporciones de filtrado.

En consonancia con el nuevo filtro, también se incluye un novedoso procesador de imagen mucho más rápido al capturar y visionar las imágenes y que ahorra el 30% de consumo de energía, según informa Sony.

La nueva compacta lleva una prestigiosa óptica Carl Zeiss T* con zoom de siete aumentos, el equivalente a unos 28-200 milímetros en paso universal, y una máxima apertura F 2 en gran angular y F 2,8 en teleobjetivo. Todas las lentes llevan una protección antirreflectante para dar mayor definición.

Otra de las novedades es que, por primera vez, Sony permite el almacenamiento de las imágenes en otro sistema distinto a sus MemoryStick. La F828 lleva dos ranuras, una para sus tarjetas, incluida las de tipo Pro, y otra para CompactFlash, tanto las de tipo I como II.

Una cámara como ésta, pensada para un segmento semiprofesional, con posibilidad de almacenar las imágenes en formato RAW de ocho megas, necesitaba esta posibilidad.

El cuerpo se puede girar, respecto del objetivo, 30 grados hacia arriba y 70 grados hacia abajo para facilitar la toma de fotografías en condiciones dif'íciles de encuadrar. El precio rondará los 1.000 euros.