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Reportaje:

El engaño de la prostituta redimida

Un hombre pagó 21.000 euros por sacar de un burdel a una joven prostituta ucrania que le declaró su amor y que al final lo dejó plantado

El incauto cliente de un boyante prostíbulo de Fontcoberta (Pla de l'Estany), que se publicita con la frase "60 miradas pendientes de ti", no podía sospechar que el amor que le declaró la propietaria de una de esas miradas podría acabar en una posible estafa de 21.000 euros que ni tan siquiera puede denunciar.

Todo empezó, según relataba ayer El Punt, cuando un cliente que responde al sobrenombre de Pepe empezó a intimar con una trabajadora del local, una ucrania de 22 años que conoció en unas clases de español. La relación entre ambos se fue estrechando. Pepe acudía a visitarla al prostíbulo y Diana, nombre que adoptaba en el local, también le visitaba en su casa. Cuando la joven le declaró su amor, la pareja decidió que Diana debía abandonar el club e iniciar una nueva vida. Fue entonces cuando surgió el obstáculo. La joven explicó que el club en el que trabajaba había pagado por hacerse con sus servicios y que ella estaba obligada a permanecer en el local hasta saldar una deuda de 21.000 euros.

La insistencia de la joven hizo que el hombre retirara de su cuenta bancaria esta cantidad y la entregara al club. Diana pasó la primera noche en casa de Pepe, pero al día siguiente desapareció. El hombre acudió a buscarla al club, pero tras diversas excusas el propietario del local le confió que tenía la sospecha de que Diana les había timado a los dos. Un tiempo más tarde, Pepe volvió a encontrar a la joven en Platja d'Aro y descubrió que vivía con un camarero del club.

Convencido de que habían abusado de su buena fe, el hombre decidió denunciar el caso, pero asegura que los Mossos d'Esquadra le comunicaron que el pago de una cantidad económica a cambio de una mujer puede ser constitutivo de delito. Fuentes del cuerpo policial aseguraron ayer que no tienen constancia del intento de poner esa denuncia, aunque pudo suceder que el hombre acudiera a la comisaría para informarse y después decidiera no denunciar la estafa.

Como prueba, el hombre sólo puede mostrar el agujero que los 21.000 euros han dejado en su cuenta bancaria. Ha buscado asesoría jurídica, pero los abogados le han hecho ver que tiene muy pocas posibilidades de recuperar el dinero. Pese a que el responsable del club no quiso ayer hacer declaraciones, fuentes próximas confirmaron que el camarero del local era el compañero de la joven en el momento en que inició su relación con el cliente. Las mismas fuentes añadieron que el camarero fue expulsado hace tres o cuatro meses "a causa de algún lío".

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