Efectos retroactivos

Mi hijo acaba de finalizar el bachillerato y, como miles de jóvenes, está interesado en cursar un ciclo de Formación Profesional, de los que con tanta insistencia y colorido nos están publicitando por televisión en estos días.

Para solicitarlo es preciso aportar un certificado de notas que permita obtener la media que servirá en caso de que las solicitudes superen a la oferta que la Comunidad de Madrid ha realizado. La experiencia de los últimos años indica que son muchos miles los muchachos que no consiguen plaza en la familia profesional que desean sin que se pongan los medios para paliarlo.

Pues bien, este año se añade una circunstancia nueva: la nota obtenida en religión por los alumnos que han acudido a esas clases cuenta como una más a la hora de fijar la media y, por tanto, va a ser decisiva en muchos casos para acceder a un ciclo formativo o para quedarse directamente en la calle.

La medida es claramente ilegal por discriminatoria hacia los alumnos que no han cursado religión, ya que las notas que se obtienen en ella rozan en la mayoría de los casos el sobresaliente; pidamos, si no, al señor consejero de Educación que haga públicos los datos. Pero es que además se trata de una medida que no está recogida en ninguna normativa legal, que se aplicará, si nadie lo remedia, ilegalmente y que viene cargada de un carácter retroactivo, que recuerda otros tiempos.

Los gobernantes en funciones de la Comunidad de Madrid se aprestan a aplicar la mal llamada Ley de Calidad con una actitud que les hacer ser más papistas que el Papa, y nunca mejor dicho, sin importarles aplicar medidas que saben que no son legales.

Y al parecer no nos queda más remedio que protestar a través de estas líneas o decidirse a presentar un recurso que se resolverá cuando ya sea demasiado tarde.