"Se me entiende más en Barcelona que en Madrid", dice Rafael Amargo

Rafael Amargo (1975) dirige una compañía "con 35 bailarines en nómina" y dice que el año pasado hizo más galas "que las compañías públicas"; sin embargo, no se considera bien tratado por los organismos oficiales. Cada año pide subvenciones al Ministerio de Cultura y a la Comunidad de Madrid, pero las devuelve cuando comprueba que el dinero concedido no le basta "ni para los zapatos del espectáculo". Reciente aún el estreno de su último espectáculo, El amor brujo, le da vueltas ya a una nueva producción, inspirada en el Quijote, que verá la luz el año próximo. Se plantea estrenarlo en Barcelona, encajándolo de alguna manera en el Fòrum, "porque últimamente se me entiende más aquí que en Madrid", dice.

Pero antes de ese estreno, Amargo tiene otras citas en la capital catalana. La más cercana le llevará de nuevo, entre el 23 de septiembre y el 11 de octubre, al escenario del Novedades, con su aproximación a la obra de Lorca Poeta en Nueva York, que ya presentó hace un par de meses. En marzo volverá con El amor brujo, un espectáculo sobre una obra muy visitada por otros creadores "pero que no se parece a ninguno": de algo le tiene que servir el hecho de ser "joven, sinvergüenza y descarado".