La consagración del nuevo obispo de Vic, contestada por manifestantes
Una insólita concentración silenciosa de un centenar de católicos, pertrechados con pancartas y folletos, mostró ayer su disconformidad contra el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, y el rumbo de la actual jerarquía eclesiástica en las puertas de la catedral de Vic, en cuyo interior se celebró la toma de posesión del nuevo obispo de la diócesis, Romà Casanova.
Los manifestantes, que en algunos casos recibieron furibundas reprimendas de los varios miles de fieles que abarrotaron la catedral, esgrimían pancartas en las que podía leerse: "Prou bisbes imposats (basta de obispos impuestos)", "Rouco y Carles, botxins de l'església catalana (Rouco y Carles, verdugos de la Iglesia catalana)".
Entre los manifestantes se encontraban algunos curas en ejercicio. Uno de ellos, que pidió preservar su anonimato, aseguró que estaban de acuerdo con todas las críticas expresadas en la concentración. Las desavenencias en el seno de la Iglesia no acostumbran a ir mucho más allá de los susurros a media voz, de ahí el impacto de la manifestación silenciosa.
En una rueda de prensa celebrada por la mañana, Casanova aseguró que la elección de obispos se hace del mismo modo "desde hace 2.000 años" y añadió que la manifestación no conseguiría "amargarle el día".
