Apolo y Beethoven, pasto de erosión o de vándalos
Los monumentos madrileños sufren daños y quebrantos. Así, la cabeza en bronce de Ludwig van Beethoven, que el pasado mayo fuera arrancada por desconocidos del monumento consagrado al músico en el parque de Berlín, ha sido hallada en un estanque del parque del Oeste. Mostraba desperfectos en su base y su pátina exhibe hondas rozaduras.
La Concejalía de Obras del Ayuntamiento de Madrid ha dado instrucciones a sus técnicos para que acometan la tarea de restañar las heridas de su superficie, previa a su reposición sobre el piano de granito donde fuera instalada en el parque en 1981, para significar el hermanamiento entre Bonn y Madrid. Su futuro anclaje será más consistente que el anterior, mediante un enroscamiento.
Por otra parte, la fuente de Apolo, en el paseo del Prado, obra ideada por Ventura Rodríguez y esculpida en piedra por Manuel Álvarez de la Peña en 1780, muestra profundamente erosionado el otrora bello rostro de una de las Cuatro Estaciones que, escoltan al apuesto dios, tallado por Alfonso Bergaz. Técnicos del mismo departamento barajan la posibilidad de restaurar esa faz desfigurada por la contaminación medioambiental. Otros criterios recomiendan dejarla como está.
La diosa Cibeles también sufrió el vandalismo, cuando cinco jóvenes partieron hace ahora un año la mano izquierda de la escultura. Después se deshicieron de ella y nunca pudo ser recuperada. El municipio de Montesclaro (Toledo) donó una piedra de 590 kilos con la que el artista José Luis Parés esculpió la réplica partida.
El último acto de vandalismo, informa Esther Sánchez, ocurrió en el puente de la Culebra, obra de Francisco Sabatini en la Casa de Campo, que amaneció el jueves sin 10 de sus elementos pétreos de más de 20 kilos de peso, que ornamentaban su pretil. La Policía Municipal, que halló tres de las piedras en las inmediaciones, cree que fueron seccionados con una sierra radial.
El desecado del Estanque Chico, sobre el que cruza el puente, permitirá comprobar si los adornos fueron arrojados al fondo.
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