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El presidente afirma que los atentados en Irak "son terrorismo, no resistencia"

Aznar advierte contra los que se "relamen" en Europa por las dificultades de EE UU

El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó ayer que "cuando se habla del atentado contra la ONU en Bagdad o de las bombas en Nayaf, estamos hablando de terrorismo, no de resistencia". El presidente francés, Jacques Chirac, señaló tras entrevistarse con Aznar el jueves que la intervención militar en Irak "está fomentando la resistencia". Aznar respondió ayer con ironía a las críticas del canciller alemán, Gerhard Schröder, al "milagro español". "Sin entrar en polémicas", dijo, " a nosotros nos gusta tanto la cultura de la estabilidad económica alemana que la hemos hecho nuestra".

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Aznar marcó ayer estas distancias frente a Francia y Alemania, que están dejando de cumplir los acuerdos de estabilidad económica alcanzados en Bruselas; que pretenden hacer definitivo un borrador de Constitución Europea con el que no está de acuerdo el Gobierno español, y que se mantienen contrarias al actual despliegue militar en Irak comandado por EE UU, en el que participa España.

Lo hizo durante la clausura del debate de European Ideas Network organizado por el Partido Popular Europeo. Ante eurodiputados de esa tendencia, el presidente reiteró todos los caballos de batalla que viene defendiendo en los últimos meses en materia de política exterior: que Europa debe asumir que no tiene alternativa a una buena relación con EE UU; que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en la UE debe ser respetado a toda costa; que la Constitución europea no debe modificar el reparto de votos en el Consejo acordado en el Tratado de Niza, y que es preciso incluir una mención a las raíces cristianas de Europa en esta carta magna.

Su exposición fue más sistemática que de costumbre. Trató de mostrar la coherencia de todos los argumentos con los que defiende estas metas, partiendo de una base: que el objetivo último es lograr "una Europa más fuerte, más unida, más presente en el mundo".

Lo que la UE debe conseguir, vino a decir, es "garantizar la seguridad europea y la prosperidad compartida". Para lo primero, es fundamental "una relación trasatlántica lo más sólida posible", ya que Europa no es capaz de asumir su propia defensa y "una alianza con China o con la India", dijo, "no son alternativas". Para lo segundo, es imprescindible mantener tanto el Pacto de Estabilidad como los compromisos de Niza, pues, de lo contrario, Europa aparecería como poco fiable.

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Quedó fuera de este argumentario la mención del cristianismo en la Constitución, que defiende casi en solitario y glosó de este modo: "Sé que muchos piensan como yo, pero les da vergüenza decirlo".

Hubo en su intervención muchos otros rasgos de lenguaje colorista. Aseguró que, "a diferencia de otros", Europa pensó que, tras la caída del muro del Berlín, ya no había amenazas y que el consiguiente descenso del gasto militar ha producido "más división en Europa". "La construcción europea", añadió en ese contexto, "ha sido posible, y lo sigue siendo, por la alianza trasatlántica, que garantiza nuestra seguridad".

Aznar advirtió contra cualquier tentación de recomponer una fuerza militar europea en competencia con EE UU -"se ha perdido mucho tiempo", precisó- y contra cualquier complacencia en eventuales fracasos del aliado. "Sé que el débil puede tener la tentación de que el fuerte lo pase mal y de que EE UU tenga problemas en Irak. Puede haber gente en Europa relamiéndose por ello, pero si las cosas van mal en Irak, los más perjudicados van a ser los europeos", reiteró.

Pidió, en cambio, a la UE que se empeñe en superar económicamente a la hiperpotencia, porque, dijo, "la única oportunidad que tiene Europa de ejercer su influencia en el mundo es convertirse en el principal agente económico".

Reflejó un cierto pesimismo cuando señaló que apenas se han alcanzado metas en ese sentido, que en los últimos 20 años EE UU ha crecido invariablemte más que Europa y que las previsiones para el año próximo son "de un 0,3% de media para los europeos frente a un crecimiento de más del 2% en América". Insistió en su receta: "Hay que cumplir el Pacto de Estabilidad o al menos intentar cumplirlo, porque la tentación de que se pueda crear empleo y crecer relajando la disciplina financiera es una equivocación".

No explicó por qué EE UU tiene un déficit público galopante (4,2% sobre el PIB) y mucha más deuda que los Estados europeos.

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