Ambiente pesimista
Las hipótesis negativas han ganado terreno en esta última jornada respecto de las más optimistas, no tanto porque la evolución de la economía no sea buena en Estados Unidos, sino porque no lo es tanto como desean analistas e inversores.
El dato que llevó ayer a los mercados de valores a profundizar en los recortes fue el de las ventas al por menor en agosto, con un incremento del 0,6% que resultó ser muy poca cosa ante unas expectativas de subida del 1,5%. La confirmación de que el ciclo económico se mueve con un ritmo tan irregular como difícil de determinar provocó un aumento de las órdenes de venta, muy comprensible dada la importante acumulación de ganancias de los últimos meses.
El Ibex 35 perdió el 1,27% al cierre de esta sesión y se acerca al nivel de los 7.000 puntos. En el conjunto de la semana este índice baja el 2,87% tras tantear la zona de máximos anuales en la sesión del pasado lunes. El índice general de la Bolsa de Madrid perdió el 1,00% en esta sesión y el 2,50% en la semana.
La contratación en el Mercado Continuo mejoró sensiblemente en esta jornada, hasta alcanzar los 1.458,04 millones de euros, en buena parte generados por la forzosa absorción de papel en los grandes valores.
El cambio de tono del mercado de valores en las últimas jornadas ha tenido como complemento una importante caída de la rentabilidad del bono a 10 años en el mercado secundario de deuda, que se ha situado en el 4,17% debido a la presión del dinero sobre los precios y tras acercarse a los máximos anuales tan sólo 10 días atrás, con una rentabilidad del 4,39%.
El resto de las bolsas de la eurozona también acusó el cambio de orientación, destacando la de Francfort, con un recorte del 2,16% poco antes del cierre, mientras que París terminó con un descenso del 0,77%.
Londres cedió el 0,10%, mientras que Nueva York perdía el 0,50% a media sesión después de caer el 1,59% en la apertura.
