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Reportaje:

Concejal y heredera

García Marcos niega que su situación económica haya mejorado por una herencia millonaria de su padre

Que Isabel García Marcos, concejal expulsada del PSOE, es una figura controvertida y polémica no lo niega nadie ni dentro ni fuera de Marbella. La edil, a la que en los últimos tiempos le ha salido una doble que está sufriendo las consecuencias del parecido entre ambas, ha aumentado aún más si cabe su papel de protagonista absoluta desde la presentación de la moción de censura contra el anterior alcalde, Julián Muñoz, sobre todo en lo que al urbanismo se refiere. Además hay quienes le atribuyen una herencia millonaria de su progenitor en forma de empresa inmobiliaria, algo que ella desmiente tajantemente.

García Marcos asegura que cada mañana desayuna con este tipo de rumores. "Estoy perpleja, es una locura. No se pueden hacer ya tantos inventos", dice la ex concejal del PSOE, que recuerda que su padre falleció hace ahora cinco años. "Si eso a alguien le parece que es un incremento de patrimonio, es ridículo", insiste la edil, que añade en su defensa: "Desde luego no soy millonaria, pero para comer no me ha faltado nunca".

En todo caso, admite que figura en una sociedad, "como heredera por ley", que gestiona el patrimonio de su padre y que éste incluye un importante solar en pleno centro de Salamanca, en el que alguna vez se tendrá que construir. "Es mentira que mi padre haya estado vinculado al mundo inmobiliario. Ha dejado bienes inmuebles, pero ninguna empresa de construcción y además a quien corresponde disfrutar del usufructo es a mi madre, que está viva", señala García Marcos, quien subraya que ni se dedica a la construcción, ni tiene una inmobiliaria ni vende pisos.

Lo cierto es que a Isabel García Marcos no sólo le persigue el escándalo, sino que además parece buscarlo con entusiasmo. Durante la declaración de Julián Muñoz y Jesús Gil en la Audiencia Provincial de Málaga a raíz de un intercambio de acusaciones en un programa de Tele 5, sin ser citada por la Fiscalía permaneció en las puertas del edificio y concedió todo tipo de entrevistas.

Su aparición sorprendente y sin duda premeditada días después en su coche y acompañada de su hija en plena manifestación de apoyo a Julián Muñoz estuvo a punto de causar un grave incidente. El vehículo de García Marcos fue zarandeado por un grupo de manifestantes y la edil tránsfuga recibió, además de un buen susto, todo tipo de insultos e improperios.

Esta peculiar popularidad parece compartirla con otra mujer de gran parecido físico que se ha convertido en su doble quizás en el momento menos oportuno. María Dolores Miguélez, que así se llama esta vecina, ha denunciado destrozos en su coche, amenazas y pintadas con insultos. "Lo más bonito que me han dicho es puta o qué pintas en Marbella", explica.

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La Junta de Andalucía ha pedido a sus delegados en Málaga que no hablen con García Marcos, y la secretaria provincial del PSOE, Marisa Bustinduy, exige al Ayuntamiento de Marbella que reconozca como único portavoz socialista a Silvestre Puertas, uno de los ediles que dieron marcha atrás en la moción.

"Que me pidan perdón"

La concejal expulsada confía sin embargo en ser readmitida como militante de este partido: "Espero que cuando vean el error que han cometido me pidan perdón públicamente". De momento es poco probable que esto ocurra.

García Marcos ha repetido en varias ocasiones que sólo apoyó la moción de censura por motivos políticos y que se gana la vida como consultora en empresas sanitarias.

Lo cierto es que como edil de la oposición en Marbella sólo recibía 750 euros al mes -en los dos últimos meses ni eso- y hasta julio un sueldo de la Diputación de Málaga, a pesar de que fue destituida como delegada de personal en noviembre de 2000.

La Consejería de Salud la sancionó en 1997 con dos años de suspensión de empleo y sueldo por faltar a su puesto de trabajo de inspector médico y seguir cobrando.

La ex concejal socialista podría pedir ahora su reincorporación al Servicio Andaluz de Salud (SAS) aunque primero tendría que cumplir la sanción. En cualquier caso, como primer teniente de alcalde, cobrará entre los 4.300 y 4.800 euros mensuales.

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