Un coche bomba causa tres muertos en el Kurdistán iraquí

Un coche bomba dejó tres muertos y medio centenar de heridos en la madrugada de ayer en Erbil, la mayor ciudad del Kurdistán iraquí. Seis de los heridos son agentes secretos estadounidenses. La explosión se produjo frente a una casa utilizada por ellos, lo que hace sospechar que la resistencia ha extendido su campo de acción a las fuerzas ocupantes. La zona autónoma kurda apoyó la intervención militar contra Sadam y no ha requerido el despliegue de tropas extranjeras.

"Creo que han muerto tres personas, dos niños y una mujer mayor", declaró a los informadores el comandante James Bullion en Erbil. Sin embargo, la oficina de prensa militar en Bagdad sólo se atrevió a confirmar el fallecimiento de un niño. Al parecer, había mucha confusión con los restos humanos porque habían quedado esparcidos en un radio muy amplio. Testigos presenciales citados por las agencias de prensa presentes en la zona hablaron de un suicida, pero fuentes oficiales no confirmaron este extremo.

Daños materiales

Parece verosímil que el coche estuviera cargado hasta los topes de TNT, tal como dijo un policía kurdo, ya que la explosión causó grandes daños materiales. Varias casas quedaron destruidas y al menos 41 vecinos resultaron heridos de diversa consideración. La misma fuente aseguró que tres de los norteamericanos tenían heridas muy graves en el abdomen y atribuyó el ataque a Al Qaeda, aunque no explicó por qué.

La acción supone un duro golpe para los habitantes de esa región autónoma que hasta ahora se habían librado de la violencia desatada por la presencia de las fuerzas de ocupación. Erbil se encuentra bajo control del Partido Democrático de Kurdistán, que lidera Masud Barzani. Sin embargo, hace una semana, su rival, la Unión Patriótica del Kurdistán de Yalal Talabani, ya advirtió de una amenaza al norte kurdo cuando anunció que había descubierto una trama para colocar bombas en diferentes lugares de la zona bajo su control.

Por otra parte, los militares estadounidenses anunciaron ayer dos nuevas muertes de soldados que acaban con ocho días sin víctimas mortales en sus filas.