Católicos de base convocan una protesta contra Ricard Maria Carles
La Iglesia catalana anda convulsa y algunos de los sectores más críticos contra la jerarquía han decidido plantarse. Este plante, "respetuoso y silencioso, pero con pancartas", según sus promotores, se llevará a cabo el próximo domingo ante la catedral de Vic (Osona) durante la toma de posesión del nuevo obispo de la diócesis, Romà Casanova. La convocatoria de esta protesta constituye en hecho insólito en la Iglesia.
La actuación "personalista" y "autoritaria", a juicio de sus detractores, del cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, está en el centro de la polémica. Se le reprocha que tenga más poder de decisión en el nombramiento de los nuevos obispos que todo el colectivo del Arzobispado catalán. La elección de Casanova, que a sus 47 años será el obispo más joven de España en sustitución del más anciano, no ha escapado a la polémica de los nombramientos. Carles fue quien le ordenó sacerdote y se le considera muy próximo a su ideario. Un sacerdote crítico con la jerarquía aseguró ayer que el nombramiento de Casanova ha seguido la línea "conservadora" de anteriores decisiones de Carles y definió al nuevo obispo de Vic como "un monaguillo" del arzobispo.
La convocatoria silenciosa ante la catedral constituye una fórmula de protesta insólita en la Iglesia catalana. Fuentes del Arzobispado rehusaron ayer avivar la polémica en torno a la convocatoria. No obstante, Ricard Maria Carles ha acusado a sus promotores de explotar un acto religioso con el deseo de "politizarlo". También les ha reprochado que deseen "amargar" la toma de posesión del nuevo obispo de Vic.
Església Plural, un colectivo con implantación en Barcelona, mantiene que Carles "ha cerrado todas las puertas del diálogo" y ha llegado el momento de "decir basta". Josep Torrens, portavoz del colectivo, declaró ayer que el arzobispo de Barcelona "ha lanzado una cortina de humo para intentar confundir a la gente de buena fe" cuando alude a una intencionalidad política de los convocantes.
Torrens recuerda que Carles pide ahora respeto "cuando no lo ha demostrado casi nunca hacia los que piensan diferente de él" y que "nunca ha tenido en cuenta el dolor causado a muchos laicos y presbíteros, de probada valía y muchos años de dedicación a la Iglesia, que han sido apartados por el solo hecho de no ser de su línea o de haberle manifestado su discrepancia". Abundando en la crítica a Carles, Torrens asegura que "no es bueno ni lícito que una persona se crea y actúe como salvador de la Iglesia catalana". Los llamamientos a la serenidad y la calma del arzobispo de Barcelona no han hecho cambiar de opinión a los convocantes, un colectivo que está integrado por cristianos de base. Está previsto que acudan a las puertas de la catedral con pancartas. En una de ellas se leerá "La Església catalana existeix".
El hasta ahora obispo de Vic, Josep Maria Guix, ha pedido que se apoye a su sucesor, aunque con anterioridad no dejó de criticar que Carles tuviera tanto poder en la presentación de candidatos. En su opinión, debería ser la Conferencia Episcopal Tarraconense la que propusiera a Roma los posibles candidatos a obispo.
El nuevo obispo de Vic nació en 1956 en La Cava (Deltebre). Ricard Maria Carles le ordenó sacerdote en 1981. Licenciado en Teología, ha desempeñado varios cargos en la diócesis de Tortosa, entre ellos el de director del Movimiento Infantil Diocesano, director espiritual del seminario y delegado diocesano de Pastoral Vocacional. Hasta ahora era el párroco de la iglesia de la Assumpció de Flix y de la de Sant Bartomeu de Riba-roja d'Ebre (Ribera d'Ebre), además de miembro del Consejo Pastoral. Su consagración, el próximo 14 de septiembre, coincide con el 200º aniversario de la consagración de la catedral de Vic.
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