Pujol agota el calendario electoral para dar más tiempo a la proyección de Mas

Las primeras elecciones autonómicas sin Jordi Pujol se celebrarán el 16 de noviembre. El presidente de la Generalitat ha optado por agotar la legislatura y convocar los comicios el último domingo que le permitía la legislación, atendiendo así las recomendaciones de la cúpula de Convergència i Unió (CiU). Pujol esquiva de este modo una incómoda coincidencia con los comicios a la Asamblea de Madrid y alarga la campaña de su delfín, Artur Mas. Por vez primera, CiU no parte como favorita en las elecciones catalanas, en las que todos los sondeos colocan al socialista Pasqual Maragall como el aspirante con mayores posibilidades.

A nadie pilló por sorpresa la fecha del 16 de noviembre. Desde hace tiempo los dirigentes de CiU apostaban por una estrategia de dilación y por agotar la legislatura al límite, de modo que esa fecha ya se planteó en el mes de junio, como avanzó este diario (véase EL PAÍS de 16 de junio). La opción cobró mayor fuerza tras estallar el escándalo de la Asamblea madrileña y el anuncio de una nueva convocatoria de elecciones para el 26 de octubre en esa comunidad. CiU quería evitar cualquier solapamiento y, a la vez, dar a Mas el máximo de tiempo para promocionarse.Todos los partidos catalanes consideran que la retirada de Jordi Pujol abrirá un nuevo ciclo en la política catalana, en el que también todos aspiran a entrar en el Gobierno de la Generalitat poniendo fin al monopolio que CiU ha ejercido durante 23 años ininterrumpidos.

Artur Mas rechaza abandonar el Ejecutivo como hizo Rajoy al ser nombrado candidato

Los socialistas están decididos a poner de su parte todo lo necesario para que esta vez no se les escape la victoria que en 1999 tuvieron en la punta de los dedos, pues su candidato, Pasqual Maragall, obtuvo entonces más votos que Pujol, aunque un escaño menos. Expresaba ayer esta convicción una hoja de calendario con la leyenda "faltan 67 días para el cambio" que el PSC puso en la sala de prensa de su sede central, en la calle de Nicaragua de Barcelona. Desde ella, José Montilla, primer secretario del PSC, afirmó que la convocatoria electoral es "el inicio de la cuenta atrás hacia la victoria".

Montilla reclamó al candidato de CiU, Artur Mas, que "tenga el coraje de dimitir" como conseller en cap y "deje de utilizar su cargo en el Gobierno catalán para promocionarse electoralmente". Y le sugirió que tome ejemplo, en este aspecto, de Mariano Rajoy, que dejó la vicepresidencia del Gobierno para ser candidato del PP en las elecciones generales.

Mas rechazó esta exigencia y recordó a Montilla que los dirigentes del PSOE criticaron a Rajoy por haber abandonado el Ejecutivo cuando Aznar le designó secretario general del PP, y consideraron esta dimisión como un intento de ahorrar al candidato popular las críticas a la gestión del Gobierno.

Montilla pidió también a Mas que "tenga la decencia" de poner fin a la intensa campaña de publicidad con la que el Gobierno de CiU promociona desde hace meses los mensajes electorales de los nacionalistas. Esta petición la formuló también el líder de Iniciativa Verds, Joan Saura, que acusó a Mas y a CiU de seguir el ejemplo del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en la utilización partidista de los medios de comunicación que controlan.

El dirigente de ICV, que encabezará la candidatura de su partido, afirmó que lo que el Gobierno de Pujol justifica como una campaña institucional "es en realidad una campaña de CiU". Saura dijo que, tal como se vio ya en las elecciones municipales, "la izquierda es ahora la mayoría social" y se mostró convencido de que CiU y el PP no volverán a formar mayoría en el Parlament.

Los demás participantes en la carrera electoral, Josep Lluís Carod, de Esquerra Republicana (ERC), y Josep Piqué, del PP, se mostraron convencidos de que lograrán condicionar la formación de la mayoría en el Parlament que surja de las elecciones y entrar en el futuro Gobierno catalán. Pero mientras que Piqué expone abiertamente su pretensión de formar un gobierno de coalición con CiU, Carod rechazó ayer de nuevo definir su preferencia. Declaró que su objetivo es lograr que ERC sea "decisiva" para formar mayoría, pero no aclaró si prefiere hacerlo con la izquierda, como en el Ayuntamiento de Barcelona, o con CiU, como en la Diputación de Girona. ERC aspira a conseguir 20 diputados.

Piqué expresó su convencimiento de que las elecciones para la Comunidad de Madrid "podrían incluso beneficiar a CiU si los socialistas de Madrid no tienen un buen resultado después del escándalo de la Asamblea de esa comunidad". Aunque proclamó su pretensión de que las elecciones de Madrid no "contaminen" las catalanas, Pujol no desaprovechó la ocasión para calificar de

"espectáculo lamentable, penoso y vergonzoso" el episodio de los tránsfugas del PSOE.