La pérdida de 93.000 empleos en EE UU reaviva las dudas sobre la recuperación
La mayor desconfianza en encontrar un puesto de trabajo reduce al 6,1% la tasa de paro
La tasa de paro facilitada ayer por el Departamento de Trabajo de EE UU proporciona una perspectiva agridulce sobre la supuesta recuperación del mercado laboral del país. Las empresas recortaron 93.000 puestos de trabajo en agosto, el séptimo mes consecutivo en el que se han perdido empleos. Sin embargo, el porcentaje de trabajadores desempleados se redujo una décima y quedó en el 6,1%, lo que refleja un descenso en el número de personas que buscan activamente trabajo. Las cifras, peores de lo que se esperaba, han reavivado las dudas sobre la recuperación económica.
Los 93.000 empleos que se recortaron en agosto en EE UU elevan a 431.000 el total de puestos eliminados desde comienzos de año. Aunque es el séptimo mes consecutivo en el que se reducen empleos, nunca en este año se habían perdido tantos en tan poco tiempo. El dato pilló por sorpresa a los economistas que se habían aventurado a adelantar su previsión y que, en general, anticipaban una cifra positiva y hablaban de 10.000 o 12.000 puestos de trabajo de nueva creación.
Aunque la mayor de los puestos eliminados (67.000) corresponden al sector servicios, por primera vez en cinco meses hay también empleos perdidos en compañías que ofrecen prestaciones profesionales. En cambio, las empresas de construcción sumaron 19.000 nuevos puestos de trabajo, y en educación y sanidad se crearon 24.000 empleos, una cifra que rompe la tendencia negativa de los últimos meses.
El sector de la manufactura es nuevamente el más afectado, con 44.000 empleos perdidos el mes pasado. La pérdida total de empleos en ese sector en los últimos tres años asciende ya a 2,7 millones. El presidente George W. Bush pidió esta semana al Departamento de Comercio que se centre en revitalizar ese sector.
'Masa moral'
El estudio del Departamento de Trabajo permite cuantificar también la masa laboral de EE UU, formada por la suma de las personas con empleo y quienes lo buscan. Ese número apenas se movió en agosto, frente a la variación negativa de julio, cuando 470.000 personas dejaron de trabajar o dejaron de molestarse en buscar trabajo. La falta de movimiento en la cifra se traduce por los expertos en un reflejo laboral de una cierta estabilidad económica en el país.
Según el secretario del Tesoro, John Snow, de viaje en Tailandia, está en marcha un proceso de recuperación del mercado laboral que va a proporcionar "un gran crecimiento del empleo en los próximos trimestres".
Sin embargo, las cifras proporcionan un contraste con esta percepción y reflejan una amplia desconfianza de las empresas en la solidez de la recuperación económica. Según el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, la economía "crece, pero queremos que crezca más deprisa". McClellan trató de justificar la falta de correlación entre la recuperación económica frente a la apatía del mercado laboral: "El empleo es lo último que crece cuando la economía mejora", dijo el portavoz. El desempleo puede convertirse en la espina dorsal de la campaña presidencial; los sondeos reflejan que los electores, por primera vez en dos años, están más preocupados por la economía y el trabajo que por el terrorismo.
A cambio, la tasa del desempleo proporciona un respiro al Gobierno de Bush con una caída del 6,2% al 6,1%. Esa valoración se obtiene principalmente mediante encuestas en hogares de todo el país, lo que explica la falta de concordancia con el número real de empleos creados y destruidos. El alivio desaparece inmediatamente si se tiene en cuenta que el número de personas que han solicitado por primera vez subsidio de desempleo en agosto se ha elevado en 15.000 y se ha situado de nuevo por encima de 400.000, una cifra que históricamente se considera el límite máximo que puede aceptar un mercado laboral en alza.
Las empresas parecen reacias a contratar nuevos empleados a pesar del aumento reciente en la productividad, revisada del 5,7% al 6,8% en los últimos informes. Algunos expertos creen que, en contra de lo que espera el Gobierno, la recuperación laboral no va unida a la económica porque el mercado del trabajo está sometido a otros ajustes, principalmente porque las empresas multinacionales buscan la creación de puestos en países que ofrecen menores costes laborales.
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