Un documental homenajea al miliciano de la foto más célebre de la Guerra Civil
Robert Capa convirtió la muerte de Federico Borrell en un símbolo del conflicto
Tal día como ayer, hace 67 años, a las cinco de la tarde, dos disparos muy distintos sonaron casi al unísono en Cerro Muriano (Córdoba). Uno de ellos, vomitado de un fusil, adelantó la muerte de Federico Borrell García. El otro salió de la cámara Leica de Robert Capa, que captó el último aliento de esperanza de aquel miliciano de Alcoy (Alicante) que cerró los ojos pensando que la Guerra Civil no acabaría con la II República.
Aquella fotografía coronó a André Friedmann (1913-1954), más conocido como Robert Capa, como maestro de los corresponsales de guerra. Un documental, cuyo rodaje comenzará en los próximos días en Córdoba, homenajeará de forma conjunta a este miliciano y a Robert Capa, de quien el año que viene se cumple medio siglo de su muerte.
Además de un homenaje, Heroes never die (No olvidar) tratará de ser un peldaño más en la recuperación de la memoria histórica en España, un pasado aún reciente que poco a poco, le pese a quien le pese, se intenta desenterrar. El director de esta coproducción (España-Francia-Suiza), el alemán Jan Arnold, explicó ayer que su país tardó mucho en sacar a la luz los horrores del nazismo y que eso es precisamente lo que intenta ahora el realizador berlinés afincado en Almería e hijo de corresponsal de guerra.
El documental, que tendrá una versión cinematográfica, recordará la figura de Robert Capa a través de distintos corresponsales de guerra, entre ellos el alemán Horst Faas, ganador del Pulitzer (1965) en Vietnam. Paralelamente, los compañeros y allegados de aquel miliciano conocido como El Taíno describirán su vida antes de ser abatido.
La elección de la historia que hay detrás de la fotografía de Capa se erige como contraposición a las imágenes que llegan hoy al espectador de las guerras. Frente a esos fotogramas "verdes en los que sólo se distinguen los destellos de los misiles", según Arnold, o los puntos de mira aéreos que marcan el destino de las bombas inteligentes, el realizador alemán opta por el estilo de Capa. El empeño del fotógrafo húngaro por estar en la primera línea del frente le llevó a la muerte al pisar una mina en Vietnam.
Público joven
El productor Adrian Lipp destacó que la cinta irá dirigida al público joven, precisamente aquel que ha sufrido ese olvido intencionado de lo que ocurrió en la Guerra Civil. Tan es así la desmemoria que, 67 años después, la muerte de Federico Borrell García aún está por certificar en el Registro Civil. Por no tener, aquel miliciano "no ha tenido ni el derecho a estar oficialmente muerto", enfatizó Arnold.
No obstante, no todos olvidaron a El Taíno. Entre ellos el escultor israelí, Igael Tumarkin, quien atraído por el simbolismo de la imagen de Capa trazó en hierro la silueta del miliciano que descansa en un cruce de caminos de Pozoblanco (Córdoba). Cuando fue levantada en los ochenta, ni siquiera se sabía el lugar donde murió Federico Borrell, algo que descubrió el equipo que ahora se embarca en el rodaje, según el historiador y asesor del documental, Francisco Moreno, autor de La República y la Guerra Civil en Córdoba.
Después de diez años de trabajo, Jan Arnold aseguró que el documental, apoyado por la Junta de Andalucía y la Diputación de Córdoba, recoge todas las versiones del conflicto. Hay mucho de recuerdo, implícito o no, en los fotogramas a los que dará forma Arnold: Capa, el miliciano, las víctimas del siglo más sangriento de la historia, los testimonios casi centenarios que aún piensan que otro mundo es posible, los manifestantes contra la guerra de Irak, José Couso, Julio Anguita. Parrado -su padre, Julio Anguita, participa en el documental- y los muchos corresponsales caídos en otras guerras. Pero el cierre del documental es como no podía ser otro: En memoria de todos los Taínos.
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