La nueva legislación conduce hacia unos patios sin lluvia de cables
Uno de los cambios principales con los que se encuentra el comprador de una vivienda que cumple el reglamento de ICT es que dispone, generalmente en la puerta de entrada, de un armario empotrado de donde parten las canalizaciones de la antena de televisión, la telefonía y la banda ancha. Desde allí se distribuye a toda la vivienda. Tanto en el comedor como en la cocina y en un dormitorio tiene que haber tomas para televisión, teléfono y banda ancha, y canalizaciones y registros previstos en las otras habitaciones.
Al armario llegan al menos dos redes comunes de televisión, de telefonía y de banda ancha y se pueden instalar los módem para los servicios de banda ancha que se quieran contratar. El cableado ya está hecho y todo está centralizado desde el armario. Con ello ya no hay cables a la vista, porque tanto los interiores de la vivienda como los generales que discurren por los patios de luces, fachadas y azoteas en las viviendas antiguas se alojan dentro de canalizaciones comunes.
También se recomienda que se prevea una red adicional, por si el propietario quiere instalar una red local en su vivienda. Lo usual es que se coloque un tubo que vaya a todas las habitaciones y después sea el inquilino quien decida poner el cable de red.
Los arquitectos, de todos modos, suelen ser reacios a colocar demasiados tubos empotrados, para redes tanto eléctricas como de telecomunicaciones, sobre todo en las paredes medianeras y de carga, porque entonces se debilitan. En la medida de lo posible se intenta colocarlos en los tabiques.
Cuando se trata de una vivienda nueva, las instalaciones comunes de telecomunicaciones forman parte del proyecto inicial y transcurren por el camino más idóneo. En cambio, cuando se trata de una vivienda antigua, la adaptación es más complicada porque las instalaciones interiores de televisión y de telefonía ya están hechas y suelen entrar a la vivienda por sitios diferentes. Si se efectúa una instalación común en toda la escalera y se introduce por la puerta principal, hay que reformar además todo el trazado anterior. Por eso se prevé una adaptación lenta y compleja de las viviendas ya construidas al nuevo reglamento.
La llegada de la televisión digital provocará a la fuerza la mejora del cableado actual de antena porque la tecnología digital no admite términos medios: o se ve perfectamente la televisión o no se ve.
Con la tecnología analógica, la televisión se podía ver mejor o peor, con más o menos nieve. Se prevé que la interconexión de aparatos de televisión, de informática y de telecomunicaciones sea más sencillo y económico en los próximos años, lo cual también estimulará la necesidad de renovar el cableado de telecomunicaciones de las viviendas actuales.
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