Sobre las tarifas telefónicas
Leo que el Gobierno no subirá las tarifas telefónicas en 2004 y no dudo de que sea cierto. Tampoco subirá entonces, supongo, el IPC por este concepto. Sin embargo, les propongo un experimento: observen cómo el coste de sus recibos de teléfono sí se incrementa progresivamente pese a tanto anuncio. ¿Cuál es el truco? Pues es bastante rocambolesco: que su compañía de teléfono permita que números que hasta ahora suponían una llamada local o incluso gratuita pasen indiscriminadamente a ser del tipo 902.
Nadie le está subiendo las tarifas, solamente ocurre algo comparable a comprar antes una sandía a precio de sandía y que ahora le cueste el doble y que encima le digan que la sandía no ha subido, que esa fruta redonda y grande que usted tiene en las manos ha pasado a llamarse aguacate, y el aguacate ya se sabe que es mucho más caro...
¿Cuál es el alcance de esta mágica transformación que nos perfora el bolsillo sin tocar el IPC, ni a nuestros gobernantes? En mi caso he constatado que debo utilizar esta modalidad de llamada para comunicarme con bancos, agencias de viaje, centros comerciales, compañías de acceso a Internet, servicios de atención al cliente (de marcas de automóviles, electrodomésticos, etcétera), oficinas del Inem, compañías aseguradoras, Renfe, etcétera, y lo peor es que parece que cualquier número "local" es susceptible de mutar a 902. En la mayoría de los casos no hay otra alternativa más barata para estas comunicaciones.
¿Y cuál es la diferencia de precio? Me dice una operadora que una llamada local con su compañía cuesta seis céntimos en concepto de establecimiento de llamada y un céntimo más al minuto en horario reducido (por poner un ejemplo). Llamar a un 902 (seguido 1, 2, 3 o 4 -que es la modalidad cara y curiosamente la que usan todas las empresas-) cuesta ocho céntimos de establecimiento y cuatro céntimos por minuto en el mismo horario.
Hagan ustedes sus cuentas.
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