¿Dónde está Aznar?

Centenares de españoles han muerto como consecuencia de la ola de calor en la primera quincena de agosto; los incendios forestales han hecho presa en muchos bosques de la Península; el accidente de la refinería de Repsol de Puertollano ha provocado varios muertos y numerosos heridos; se siguen descubriendo mentiras del Gobierno sobre la ilegal guerra de Irak, cuya posguerra cada día se complica más; los efectos nocivos del Prestige siguen contaminando la costa cantábrica..., y el presidente del Gobierno sigue refugiado en su dorado escondite de Menorca, adonde llegó tras largar lindezas contra la oposición desde la residencia veraniega del Jefe del Estado. ¿No cree el paladín de las Azores que debería haber hecho al menos una corta visita a los ancianos, principales víctimas del calor, o acompañar a los familiares de los damnificados de Puertollano, o haber aparecido en televisión, como sus amigos Bush y Blair, para explicar por qué instruyó a nuestros militares para que mintieran sobre Irak? Ya verán cómo a finales de mes reaparece el bronceado presidente haciéndose presente a bombo y platillo como si nada hubiera pasado en este largo y accidentado agosto.