El Mesón de la Costa
Lo nunca visto por estos lares. Te acercas a la puerta del local y -de repente- se instaura ante el visitante un camarero que, provisto de una ligera caña de cerveza -murciana la llaman- solicita que la ingieras como método infalible para aplacar la sed, y también como paso previo a una larga convivencia en el mesón.
Si para la venturosa y fulgurante captación del cliente se sirven de un periscopio u otro artilugio técnico, o es la simple contemplación de la calle desde el umbral de la puerta, junto con la aguda psicología aplicada a la cara del sediento transeúnte lo que utilizan, no nos es autorizado descubrirlo, pero la efectividad del método de atracción está comprobada; el número de los sedientos supera de largo al de los ahítos, y aquellos que se ven sorprendidos en su fe por el agilísimo servicio, no están dispuestos a que les arrebaten el tesoro antes de haber comprobado -hasta su término- si estos edénicos principios darán lugar a felices finales o quedarán en el recuerdo como un sueño que pudo haber sido y no fue.
Si el atónito visitante se repone de la sorpresa reparará, en los momentos que suceden, en las opulentas viandas que José García, el propietario, ha colocado a los flancos de la entrada, y que suponen un muestrario de los frutos que la mar ha decidido regalarnos: ahí van los bogavantes, rodeados de cigalas, y de gambas, con sus destinos por decidir. Aunque parece seguro que la única indefinición del destino que les aguarda está en si serán pasto del tomate, del suquet o de la sal en el cromo duro de la plancha. La vuelta al mar parece descartada.
Toda esta exhibición, recibimiento y exposición, como decíamos, extraña por inhabitual y parece traída de otras tierras, sin duda más al sur, o al centro, donde dicen que la captación del cliente comienza en el momento mismo de su descubrimiento. Se entra a un bar y el camarero, ojo avizor, pregunta, señalando la tercera fila de la barra, donde nos ha sido permitido aparcar: "¿Qué desean los señores? Ya estoy con ustedes". A la vez que "marcha" lo solicitado y lo hace llegar, de mano en mano, hasta su destino. Nos hemos convertido en clientes: no nos podemos escapar.
Que estemos cerca de Murcia, o que el tabernero sea de Archena, y Daniel de Madrid, y Carmelo de Cieza, o Domingo de doquiera se atienda al negocio con profesionalidad, nos hace reflexionar sobre nuestro triste destino, inmersos en una Comunidad Valenciana donde esos usos, si alguna vez existieron, están olvidados y perdidos por los siglos. Ni que decir tiene, por no faltar a la verdad y para satisfacción de los afectados, que con sus lógicas y emblemáticas excepciones.
A partir de los inmutables principios comentados, que la comida nos satisfaga, que el local cumpla con los requerimientos de confort exigibles, que existan salas privadas o lugares de recreo para el tranquilo placer de la copa que nos acompaña después de la refección, es algo que no podíamos ni dudar de quien nos ha transportado desde el comienzo a otros mundos que -pese a todo, ya sabíamos- están en este.
Datos del local: calle de Ramón y Cajal 23. Torrevieja. Teléfono: 96 670 35 98. Horario: de 10.30 a 16.30 y de 16.30 a 0.0. Cierra miércoles en invierno y el mes de octubre
EL FAVORITO
Hígado de pato y membrillo gratinado
Para 2 personas: 100 gramos de hígado. 50 gramos de carne de membrillo. 2 manzanas verdes.100 cl. de moscatel
Enrique Mendoza. 50 gramos azúcar.
Hacer una reducción de manzana y azúcar con
Enrique Mendoza para la base.
Salsa: Hacer una reducción de Pedro Ximenez y azúcar.
Hacer el hígado a la plancha, cubrirlo con el membrillo y gratinar. Poner la base de manzana y cubrir con la salsa.
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